De pequeño escuchaba mucho decir aquello de “piensa mal y acertarás”. Hoy creo que no sea verdad. Muchas veces percibimos la realidad de forma equivocada. Nos dejamos llevar por un sentimiento, por una emoción. Y en ocasiones nos creemos tanto eso que sentimos que lo confundimos con la realidad. Y nos va molestando por dentro, y nos genera una especie de depre.
Los sentimientos son parte importante en nuestra vida, pero cuando generan ansiedad necesitan que le pongamos una tapia, o por lo menos una ventana bien sujeta, que solo la abramos para que entre el aire cuando dicho sentimiento se corresponda con la realidad.
Me ha pasado en infinidad de ocasiones. Hoy también. Había pensado que la explicación o frase de una determinada persona iba en la línea de algo que podía ir contra mi persona. Y solo era un pensamiento. Esa persona no había dicho nada de nada de lo que yo estaba pensando. Era una simple percepción. Y que yo había confundido con la realidad. Y me estaba haciendo daño. Y la tapia me la estaba poniendo yo mismo.
Hasta que hice lo que me han enseñado. Me di a mi mismo una orden de sosiego. Solo la evidencia me podía encarar a la realidad. Así que ni corto ni perezoso busqué a la persona en cuestión, saqué de forma indirecta el tema, hablamos de la cuestión, y mira por donde su pensamiento, su forma de reaccionar era totalmente diferente al sentimiento que yo había percibido. ¿Ves, amigo? No te puedes dejar llevar negativamente por el primer sentimiento negativo que llegue a tu mente, si no tienes evidencia de ello. Y si no la tienes, constátala, averigüa, razona, y pon a los sentimientos en su sitio. Que sean ventanas que te abran al horizonte y no tapias que te impidan entrar el aire fresco en tu vida.
Así que acabo el día riéndome bajito de mi mismo.
Los sentimientos son parte importante en nuestra vida, pero cuando generan ansiedad necesitan que le pongamos una tapia, o por lo menos una ventana bien sujeta, que solo la abramos para que entre el aire cuando dicho sentimiento se corresponda con la realidad.
Me ha pasado en infinidad de ocasiones. Hoy también. Había pensado que la explicación o frase de una determinada persona iba en la línea de algo que podía ir contra mi persona. Y solo era un pensamiento. Esa persona no había dicho nada de nada de lo que yo estaba pensando. Era una simple percepción. Y que yo había confundido con la realidad. Y me estaba haciendo daño. Y la tapia me la estaba poniendo yo mismo.
Hasta que hice lo que me han enseñado. Me di a mi mismo una orden de sosiego. Solo la evidencia me podía encarar a la realidad. Así que ni corto ni perezoso busqué a la persona en cuestión, saqué de forma indirecta el tema, hablamos de la cuestión, y mira por donde su pensamiento, su forma de reaccionar era totalmente diferente al sentimiento que yo había percibido. ¿Ves, amigo? No te puedes dejar llevar negativamente por el primer sentimiento negativo que llegue a tu mente, si no tienes evidencia de ello. Y si no la tienes, constátala, averigüa, razona, y pon a los sentimientos en su sitio. Que sean ventanas que te abran al horizonte y no tapias que te impidan entrar el aire fresco en tu vida.
Así que acabo el día riéndome bajito de mi mismo.
2 comentarios:
y yo le agregaría: démosnos espacios para la incertidumbre, no pensemos que lo sabemos todo.destruyamos esas armaduras medievales todas oxidadas que llevamos puestas. No sirven más para el aquí y ahra. Es necesario morir para volver a renacer.
Expreso mi sentir, ya que de sentimientos se trata.
A esa frase tan repetida y hasta tan recomendada, no solo entre niños, sino también entre mayores, de "piensa mal ..." yo añadiría que es preferible equivocarse, y pensar bien... No exclusivamente por virtud, que también, sino por la esperanza de ir dejando a nuestro paso una confianza en el otro que fructifique. haciendo que los demás sean dignos de nuestra féen ellos
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