jueves, 17 de mayo de 2007

La vida ha sido buena conmigo



Hace dos meses le detectaron una mancha en la vejiga de la orina. Algo de tipo cancerígeno. Una pequeña operación y ahora varias sesiones de quimioterapia. Lo cuenta como quien habla de cosas de su trabajo, de su familia o de los amigos. Lo narra con una sonrisa en la cara. Como siempre habla. Con una filosofía de la vida que siempre me sorprende.

Hacía prácticamente un año que no le veía. Hoy hemos estado hablando de cosas sueltas. Queríamos abarcar casi todo en poco tiempo. Y he de confesar que mi amigo siempre me sorprende.

“La vida se ha portado conmigo mucho mejor de lo que yo me merezco”, me decía. No me falta de nada. Las cosas han salido siempre adelante. En casa hemos tenido tropiezos de salud, pero siempre podemos contarlo. Mis hijos han crecido a solo diez metros de otros que hoy están metidos en fangos y problemas, y estos míos han sobrevivido. ¿Por qué? La vida ha sido buena conmigo.

Y seguro que seguirá siéndolo. Porque sea como fuere lo que le espera a mi amigo siempre lo encara mirando la botella medio llena. Recuerdo hace un año cuando me vió bastante debilucho y haciéndome problemas donde no debía hacerlos y me recordó algo que, según él, aprendió de su padre: Los cementerios están llenos de gente imprescindible.

Ese es el secreto de mi amigo. Disfruta lo que vive, lo sirve a los demás y nunca se piensa imprescindible. Toma las cosas con mucha sencillez.

La vida también a mí me ha tratado bien regalándome algunos amigos como éste de quien hablo hoy.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y es que la vida es buena.
Es el primer regalo que recibimos de Dios.
Y sigue siendo buena cuando nos visitan los problemas, y el dolor, en el cuerpo o en el alma.
Por éso siempre debe brotar de nosotros un G R A C I A S sincero