Son muchos los testimonios de personas, tanto famosos como gente de la calle, que han experimentado en sus vidas la dolorosa vivencia de sufrir un cáncer y que, en actitud positiva, han luchado contra el mismo, haciéndole cara sin dejarse llevar por situaciones depresivas.
Recientemente he leído los testimonios en una mesa redonda en mi provincia hechos por un actor de cine, por un pintor y por una política en torno al tema, así como una descripción de científicos al caso sobre los avances que la ciencia ha experimentado sobre todo en materia de detección y prevención. Y lo importante que son para cualquier persona la asistencia a los centros de salud en materia de observación rutinaria una vez pasada determinada edad.
Sin embargo, reconociendo los avances hechos en esta materia, todavía son insuficientes para combatir la complejidad de esta dolencia.
Sabemos que una de las causas más frecuentes en muchos de ellos es el tabaco y, sin embargo, seguimos fumando. Seguimos, porque aunque uno no lo haga, lo hizo en su momento, y lo sigue haciendo pasivamente desde que entra a tomarse un cortado en cualquier bar que nos pille de paso en el camino.
Pero también se siguen desconociendo muchas otras causas.
Los científicos en lo suyo, pero los demás en lo nuestro, aún en lo más sencillo, debemos ponernos a la batalla, a eliminar causas que estén a nuestro alcance, a tomar parte activa en las medidas de prevención, las más sencillas y las más complejas o que más nos cuesten.
Y entre las más sencillas mira por donde el otro día leí que comer mucho tomate es una buena medida anticancerígena. Curioso. Viene a ser como tirarle tomates a alguien por su conducta antisocial o corrupta. En este caso comer de este producto sería como tirar tomates contra el cáncer. Parece como si fuera una medida tomada de la propia sabiduría popular.
Recientemente he leído los testimonios en una mesa redonda en mi provincia hechos por un actor de cine, por un pintor y por una política en torno al tema, así como una descripción de científicos al caso sobre los avances que la ciencia ha experimentado sobre todo en materia de detección y prevención. Y lo importante que son para cualquier persona la asistencia a los centros de salud en materia de observación rutinaria una vez pasada determinada edad.
Sin embargo, reconociendo los avances hechos en esta materia, todavía son insuficientes para combatir la complejidad de esta dolencia.
Sabemos que una de las causas más frecuentes en muchos de ellos es el tabaco y, sin embargo, seguimos fumando. Seguimos, porque aunque uno no lo haga, lo hizo en su momento, y lo sigue haciendo pasivamente desde que entra a tomarse un cortado en cualquier bar que nos pille de paso en el camino.
Pero también se siguen desconociendo muchas otras causas.
Los científicos en lo suyo, pero los demás en lo nuestro, aún en lo más sencillo, debemos ponernos a la batalla, a eliminar causas que estén a nuestro alcance, a tomar parte activa en las medidas de prevención, las más sencillas y las más complejas o que más nos cuesten.
Y entre las más sencillas mira por donde el otro día leí que comer mucho tomate es una buena medida anticancerígena. Curioso. Viene a ser como tirarle tomates a alguien por su conducta antisocial o corrupta. En este caso comer de este producto sería como tirar tomates contra el cáncer. Parece como si fuera una medida tomada de la propia sabiduría popular.
1 comentario:
Lo más difícil es que esa enfermedad es un enemigo silencioso. Ataca sin que nos podamos defender, por eso la prevención es tan importante.
Gracias por tus palabras en mi blog!
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