viernes, 11 de mayo de 2007

¿Dios?



Estábamos un grupo de amigos conversando de muchas cosas. Y como es natural salió el tema de la religión, sobre todo ahora que está reciente lo de un arzobispo español que invita a sus paisanos a votar por la Falange Tradicional como partido representante del catolicismo. ¡Si Jesucristo resucitara¡, dijo alguno del grupo.

Uno de ellos comentó algo así como esto: Sé que Dios existe. De hecho hay ocasiones en mi vida que le rezo y pido cosas. Pero no lo sé explicar. En todo caso lo que sí tengo claro es que un Dios menos convencional del que me inculcaron en la infancia, incluso menos ligado o atado a las religiones que se nos presentan como únicas portadoras de la verdad.

Confieso que me hizo pensar mi amigo. Hoy, hablando de la política actual, leo en el periódico local un artículo de alguien a quien conozco que dice que “los mayores enemigos de la humanidad son la ignorancia, el fanatismo y la hipocresía y debemos combatirlos sin descanso”. El artículo en cuestión lo aplica a los partidos políticos que cada uno defiende. Pero también, como el caso que nos ocupa, puede ser aplicable a la religión.

La religión, desde las posturas fanáticas –no está exento de ella el arzobispo español mencionado- puede ser también enemiga de Dios, o al menos presentar un dios con letra chica y adormecido o enclaustrado en las ideas de unos pocos.

Cuando pensamos que las ideas son más importantes que las personas, esto está feo. Va contra el sentido común. Por tanto, no puede ser religioso, ni cristiano ni nada similar. Al menos, como yo entiendo las cosas.

Desde pequeño me enseñaron que los Evangelios hablan de un Dios que es amor y que Jesucristo viene a ser cómo un espejo que nos enseña cómo es Dios. Y el se dedicó a amar, a servir a los demás, incluso a poner la otra mejilla.

Cuando estaba Jesús por aquí la gente estaba esperando un guerrero que les librara de los romanos que les tenían atenazados. Por eso al final casi prefirieron a Barrabás más que a Jesús. Aquel les incitaba a la lucha contra los que le tenían dominados.

Si pienso en cualquier forma de amor, de practicar la justicia, de trabajar por la igualdad, de hacer una política mas consensuada a favor de los colectivos vecinales, si veo como los vecinos suben cuotas de poder, es decir sin veo concreciones del amor, entonces estamos viendo a Dios. Y a veces esas cosas no se ven en las ideas que defienden los que propugnan doctrinas religiosas y defienden a la religión. Habrá que recordarles que las normas, incluso las religiosas, son para las personas y no al revés.

Razón tenía mi amigo en esa conversación. Su Dios cada vez es menos convencional. Lo único que difiero un poquito de él es de la educación de la infancia. A mi me lo enseñaron poco convencional desde que era chiquito.

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