He leído lo que mi amigo Ramón publica en su blog “En voz alta” sobre la educación para la ciudadanía, y quiero subrayar desde aquí mi acuerdo total con el mismo. Los valores humanos de los que habla ese manual son patrimonio de la humanidad, no de unos pocos, y hace bien el Estado en educar en ellos: en la convivencia, en la paz, en la tolerancia, en el respeto, en el cumplimiento de los deberes y un sin fin de cosas mas. Los obispos, con esas posturas, parecen retrotraernos al pasado, al ordeno y mando, a los sermones acusadores. Están, así lo parecen, resucitando las dos Españas que tanto trabajo nos costó enterrar. Y si no díganme a mí que hace todo un arzobispo de Madrid en la toma de posesión del alcalde y de la presidenta de la Comunidad. Su presencia arroja en mí una duda: ¿Hubiese estado allí presente si el electo o electa hubiese sido del partido socialista?.
Acordémonos de Galileo, señores, y no volvamos a caer en la misma torpeza de antaño. No demos marcha atrás a un coche que ha corrido ya miles de kilómetros. La visión de las cosas no puede ser la misma que la de antes, y si ustedes no ven bien que dos personas del mismo sexo se amen hasta las entrecejas, nadie obliga a que así sea. Cada cual que exprese sus sentimientos, sus cariños, sus amores como quiera sin imponer nada al otro. Porque, o mucho me equivoco, o ahí está la esencia de muchos problemas que uds tienen: en la visión del sexo. No es solo para procrear, es también para la comunicación y el ejercicio amoroso entre dos personas.
Las reflexiones de mi amigo Ramón, a las que hago referencia pueden verlas en http://envozalta.zoomblog.com/archivo/2007/06/26/educacion-para-la-ciudadania.html
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