Cuando de cambiar el mundo se trata, todos miramos hacia los políticos de turno, sobre todo a los que más arriba están. Mayor poder tendrá Zapatero en España que el alcalde de mi pueblo. Mayor aún la ONU que Zapatero; bueno esto es un decir, porque en la ONU no veas las filigranas que hay que hacer, las cosas que hay que volver para atrás, para que puedan salir aprobadas al gusto de todos, sobre todo de los que más mandan, que son los que más poder tienen.
Pero si lo pensamos bien, cada uno puede aportar su granito de arena. Cada uno en su casa, con su gente, con su familia, con sus amigos, con sus vecinos. Aquella palabra, este gesto, la sonrisa determinada, el echar una mano, la opinión dada, son cosas que están ahí al alcance de la mano de cada uno de nosotros que pueden ayudar a que el otro sea diferente, y, sobre todo, a que lo sea cada uno de nosotros, poniéndonos en la piel de los demás.
Pero algo que sí puede cambiar más el mundo y a mejor, y a veces nos hemos olvidado, es la música. Yo pertenezco a una vieja generación. Aquellos que corríamos delante de la policía en tiempos de Franco. Los que vivimos con gran gozo la transición democrática. Y en aquellos momentos hubo gente como Raymon, Jarcha, Serrat, y otros más internacionales como Víctor Jara y muchos otros, cuya música y canciones nos sacaron del letargo y nos movilizaban.
Algo así patrocina también Bono con el rock. Y lo hace conscientemente. De hecho, Miguel Ríos fue uno de los que, con el rock, impuso cambios en nuestro país. La música no solo puede cambiar el aspecto de la gente, la forma de vestir o de peinarse. Puede también herir a los que están actuando mal y retorcer las mentes y hacer pensar. Y todos juntos cantando esa misma canción que impulsa al cambio, a la unidad, hace pensar a la gente mucho más que los discursos sin sentido de mucho
Pero si lo pensamos bien, cada uno puede aportar su granito de arena. Cada uno en su casa, con su gente, con su familia, con sus amigos, con sus vecinos. Aquella palabra, este gesto, la sonrisa determinada, el echar una mano, la opinión dada, son cosas que están ahí al alcance de la mano de cada uno de nosotros que pueden ayudar a que el otro sea diferente, y, sobre todo, a que lo sea cada uno de nosotros, poniéndonos en la piel de los demás.
Pero algo que sí puede cambiar más el mundo y a mejor, y a veces nos hemos olvidado, es la música. Yo pertenezco a una vieja generación. Aquellos que corríamos delante de la policía en tiempos de Franco. Los que vivimos con gran gozo la transición democrática. Y en aquellos momentos hubo gente como Raymon, Jarcha, Serrat, y otros más internacionales como Víctor Jara y muchos otros, cuya música y canciones nos sacaron del letargo y nos movilizaban.
Algo así patrocina también Bono con el rock. Y lo hace conscientemente. De hecho, Miguel Ríos fue uno de los que, con el rock, impuso cambios en nuestro país. La música no solo puede cambiar el aspecto de la gente, la forma de vestir o de peinarse. Puede también herir a los que están actuando mal y retorcer las mentes y hacer pensar. Y todos juntos cantando esa misma canción que impulsa al cambio, a la unidad, hace pensar a la gente mucho más que los discursos sin sentido de mucho
1 comentario:
Hola Alberto. Para empezar creo que llevas mucha razón, la música como muchas otras artes se ha utilizado como arma política y de hecho se debe seguir utilizando para que nos oigan.La pintura y la escultura son otras artes que se utilizaron con el mismo fin en muchas ocasiones como fue el caso de Picasso o Julio Gonzalez entre otros y eso nunca se debe perder,al contrario, fomentarse para que algun dia nos escuchen.te seguire leyendo.Namja
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