sábado, 21 de abril de 2007

Las niñas de Tenerife




Con doce y catorce años. Vivían con su madre. El padre presentó una denuncia porque no le dejaban ver a sus hijas. La verdad es que éstas no querían ir a la casa paterna porque cuentan que el padre intentó violarlas y habían sufrido malos tratos por su parte.

Una jueza le ha quitado la custodia a la madre y se la ha dado al padre. Habrán de vivir con una tía paterna, y a la sombra de su padre.

Las imágenes de un video se han difundido por todo el espacio nacional de este país. Se observa cómo las niñas gritan, no quieren entrar en la casa de su tía. Y se ve con nitidez como el padre y la tía las empujan, las fuerzan para que entren en su casa. Anoche sábado era portada de todos los telediarios. Y aparece en cualquier periódico o revista este fin de semana.

Y la jueza sigue impasible. Además la madre no podrá ver a las niñas durante tres meses.

Siempre he pensado que si hubiera estudiado Derecho me hubiera gustado ser juez. Se me han quitado las ganas. Aparte de que ya no estoy a tiempo. Y ando a gusto con lo que hago.

Pero decidir sobre la vida de terceras personas tiene que ser un asunto bastante difícil. Máxime sobre menores de edad. Y peor todavía si decides en contra de la voluntad de las niñas. Y lo tienes aún pésimo si toda la opinión pública está en contra de tu decisión como jueza en este caso.

Pero ¿es tan difícil cambiar de opinión un juez? ¿Hay que esperar uno y más trámites burocráticos mientras las niñas están violentadas donde no quieren estar? ¿no ha visto la jueza el vídeo en cuestión con las imágenes narradas?

Nadie entiende estas decisiones. Yo tampoco.

La madre pondrá una querella contra la jueza. Espero que le respondan pronto, para que no sigamos afirmando que la justicia es ciega. En este caso peor que ciega: no quiere ver.

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