sábado, 24 de enero de 2009

¿Grandes esperanzas?





¿ Grandes esperanzas ?.

Rayos brillantes de luz amarilla traspasan las cortinas del ventanal. El sol se filtra sin que nadie lo detenga por todas las casas y me pregunto si los vecinos se animarán igual en esta mañana que comienza. Algunos ya han salido a sus trabajos, los niños están en los colegios y otros nos disponemos a iniciar labores.

Si miro hacia el parque, noto al grupo de mujeres realizando ejercicios de yoga y son dirigidas por una bellísima señora de cabellos de plata con mucha más energía que sus jóvenes alumnas. Les acompaña la luz solar, la sombra de los grandes eucaliptos y el fresco del césped que aún no entra en calor.

En la avenida se escuchan los autos, camiones y motocicletas. Todo aquí ha despertado sin cambios en la estructura de cada día. Casi los mismos sonidos, casi las mismas personas, casi la misma mañana. Sin embargo al encender la televisión y ver las noticias, anuncian que en unas horas se formalizará la llegada a la Presidencia de los Estados Unidos de Barack Obama y noto el despliegue informativo en México así como supongo que muchos países estarán en la misma expectativa no solo de este acontecimiento histórico, sino de lo que vendrá después. Entonces ya no observo una mañana como cualquier otra. Hoy la mayoría de las personas realizaremos nuestras labores, pero esta noticia no nos es indiferente.

No trataré ahora de hacer un análisis político, pues no soy experta en estos temas, pero sí puedo emitir una opinión en lo que me parece más importante: "la confianza".
Las repercusiones a nivel mundial de la crisis en Estados Unidos son notorias. Estamos en una época de incertidumbre y temores por lo que ha venido ocurriendo en nuestros países, sumando además la inestabilidad de esta potencia mundial.

El asunto de la confianza en un político, casi puede convertirse en un dogma de fé. Pero en este caso hay millones de personas apostando por el protagonista del día: Obama y su familia, Obama y su equipo, Obama y sus ideales. Lo que resulte de todo esto estará por analizarse, pero están ahí las grandes esperanzas.

Me quedo con la reflexión final. Hagamos siempre lo mejor posible. Qué maravillosa nos resultaría la fama de "persona confiable". Qué estupendo sería estar siempre rodeados de gente que a su vez nos brinda confianza. Cuánta importancia tiene que nuestros pensamientos se respalden con actos y que no generemos incertidumbre.

Así pues este día ya no es parecido al anterior, aunque todo dentro y fuera de casa me parezca siguiendo su rutina habitual. Hoy, mientras mis vecinos y yo, la ciudad, el país y el planeta nos dedicamos a lo nuestro, se abren las puertas de la esperanza para los Estados Unidos y esta vez confiando en que todos podamos salir de esta crisis que nos afecta en forma directa, enciendo la vela de la confianza para que nos ilumine en toda la extensión de la palabra.

Tere García Ahued.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es tanta el hambre que hay de esperanza, que aunque resulte cruel, es importante recordar ahora, que la estamos poniendo sobre los hombros de un hombre, que se nos presenta, sí, lleno de buena voluntad, con promesas que estábamos deseando oir, y de las cuales, alguna ya ha dejado de serlo para convertirse en realidad, y han empezado a chirriar los cerrojos.
Un hombre, que sólo su presencia, nos habla de igualdad y libertad por el color de su piel y la claridad de sus palabras.
Pero un hombre, que puede tener fallos y equivocaciones, por que es, éso, un hombre.
Roguemos a Dios por él, para que con Su ayuda, todas nuestras espersnzas, no sean flor que se marchite.

Maria Consuelo