jueves, 7 de febrero de 2008

Tus ojos siguen mirándome como hace tiempo y yo noto en el durazno que sotengo en mis manos, la misma tersura que en tu piel. Aquí estamos todavía y somos dos guerreros triunfando a través del tiempo, nosotros que una vez como almas gemelas nos encontramos para no separarnos jamás.

Sigo atrapada en cualquier evocación de tu nombre, tu aroma y tus caricias. Cada día encuentro nuevos motivos que te representan mientras no estás. Dejas impregnado todo de tí para que sea menos doloroso el espacio en que no estás.

Pero vuelves y el color de las cosas que construímos juntos se hacen más brillantes que cuando el sol de primavera cubre los campos con flores. Es gozar de esta feliz dependencia que tengo de tí, anclada a tu cariño que al mismo tiempo me hace flotar holgada entre este suave nudo marino que me une a tí, mojado por las aguas saladas de dos océanos que se encuentran levantando oleajes que nadie espera, justo como un día nos pasó.

Inspirada puedo formar frases y poemas, pero a tí con solo una palabra, puedo hacerte saber que presente o ausente dejas acomodado el amor de tal forma que puedo esperarte por siempre, con tal que cuando llegues tus ojos sigan mirándome de la misma manera.


Tere García Ahued

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