Cada vez tenemos menos tiempo. Trabajo, desplazamientos de ida y vuelta, si quieres hacer algo al final de la tarde, si te pones a leer, si ves algún amigo o familiar, si quieres responder un email que has recibido o ver un rato la tele, o escribir para el blog, te vas contestando a ti mismo pero nadie se entera. Como si hablaras solo o para ti mismo, lo cual también es una buena práctica para tener la mente abierta y hacerte idea de muchas cosas. No, hablar solo no es cosa de locos, porque nunca hablas solo, hablas contigo mismo.
Y hablas de todo, de los problemas tuyos y de los de los otros que te cuentan, de lo que ves en tu barrio y de lo que están haciendo los nuevos que han llegado al poder, de la papeleta con la que se han encontrado los que han entrado al Cabildo y que no estaban preparadas las condiciones (que si han tenido que devolver cientos de miles de euros porque no los utilizaron para crear empleo como era lo previsto, que si el incendio que está quemando todo el norte y el sudeste de la isla igual porque las previsiones necesarias no se hicieron al no tener la gente contratos mas o menos serios o inspecciones suficientes), de las cosas de la familia y de lo que escuchas en la guagua.
Y como no tienes tiempo para nada, hablas contigo mismo y en ese ir y venir de palabras hay veces que te sientes con razón y otras sin ella, hay veces que te das cuenta que si te escucharan otro gallo cantaría y veces que piensas que mejor es estar calladito por si acaso y no molestar.
Pero lo importante es que aunque no tengas tiempo para casi nada te sigas tomando la vida en serio, la vida que es cada momento que vives, aunque haya veces, como ahora que se acercan las vacaciones, que solo tienes ganas de perder el tiempo. Sí, que la vida merece la pena ser vivida, es de las pocas cosas que tengo claras, con tiempo o sin tiempo, de forma pausada o acelerada, con puntos y apartes, o todo seguido. Da igual. Lo importante ahora es rellenar un papel y expresarte.
Mientras se extinguen los pájaros, los árboles, especies protegidas en los campos de la Gran Canaria, y mucha gente se queda sin su casa, sin sus tierras, sin sus animales. ¿Cómo se les podrá ayudar para que todo vuelva a ser como antes? Que malas pasadas juega la naturaleza, o mejor dicho que malas pasadas jugamos los humanos a la naturaleza. Al final he sacado algo de tiempo, todo lo he mezclado, pero hablando conmigo mismo puede que logre hablar también con más gente.
2 comentarios:
El autor tiene razón: no se habla solo porque se esté loco; se habla solo para no llegar a estar loco. Estamos en un mundo sin tiempo dominado por el tiempo, intentando controlarlo y viviendo sin el necesario control de lo que nos rodea, donde la soledad acompañada nos obliga a pasar eterninades frente a nosotros mismos. Y no hablarse sería poco inteligente. El tiempo... El reloj se ha convertido en nuestro apéndice imprescindible, en nuestra quinta extremidad, en nuestro órgano rector. Quizás porque tenemos fecha de caducidad y cada segundo de más es en realidad un momento de menos. Por eso sigue asombrándome la profunda sabiduría que en la Antigüedad supieron encerrar en dos palabras: "carpe diem".
Termino de verel noticiero por TV y me entero de los incendios y evbacuaciones en Canarias. Decidí en ese momento que te escribiría un mail.....pero este artículo tuyo, me ahorró tiempo,pues te lo respondo desde aquí.
Mi solidaridad con tu pueblo,tu país y tu gente. Vivimos en momentos que la urgencia pareciera ser transportada por nuestra propia sangre.¿tendremos tiempo de hacer una pausa y en lugar de hablar sólo con nosotrosmismos,intentary no sé cómo, ayudar a quienes padecen de tantísimas cosas en estos momentos.
Yo me quedo hablando conmigo, reflexionando....quizás contagie hoy a alguien a que nos sumemos a una buena causa.
Un abrazo.
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