miércoles, 18 de junio de 2008

Queremos una Europa social



Una jornada de 65 horas es lo que pretenden para los europeos. Pero ¿qué políticos hemos elegido nosotros? Es la hora de los sindicatos, la hora que reivindiquemos todo lo que nos ha costado tanto conseguir, las ocho horas para trabajar, ocho para descansar, y ocho para la familia, el ocio, la formación son conquistas ineludibles.


Escuchar estas nuevas propuestas al tiempo que nos hablan de armonizar la vida laboral con la familiar es pensar que están actuando con la voluntad de los pies, como si sus horizontes fueran solamente horizontales. Hablando de pies, es como para salir huyendo de sus garras y teorías, aplicando aquel aforismo de “Pies para que les quiero”.

Saltemos. Pero saltemos de una Europa del capital a una Europa social. Tal vez por eso esté la idea europea recibiendo tantos aspavientos, tantos contratiempos que se van traduciendo en votos en contra. Muchos defendimos la decisión de ser ciudadanos europeos, nos hizo mirar la vida con otros horizontes, era como una cercanía a lo de ser ciudadanos del mundo. Pero cuando todavía no habíamos disfrutado con gozo de la sombra que produce la unidad, es como si nos estuvieran forzando mirar para otro lado y queriendo que nos vayamos. No. Queremos una Europa social, no una Europa de capital. Que nos cumplan la promesa. Que los veamos siempre intentando cumplir esa promesa de una Europa para todos, y si realmente hay trabajo y productividad que sacar adelante para tantas horas diarias en lugar de aumentar las horas a los que estamos trabajando, que las compartamos con los tantos y tantos que en todos los países no tienen acceso a ese derecho.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

that's way too cool.

José Ignacio Lacucebe dijo...

Buenos dias Alberto:
Nos convirtieron en europeos por unas leyes de mercado. Nadie nos dijo, ni nosotros pensamos siquiera que las leyes de mercado debían acompañarse de un espacio político, una constitución y jornadas de tercer mundo para compensar costes rebajando el mal llamado "estado del bienestar". El bienestar tiene siempre un precio y lamentablemente una mayoría desea sumergirse en un falso "bienestar.
Te recomindo una entrada que publique en mi blog.
Es un pensamiento de Bertand Rusell. Te dejo el link.
Un saludo
http://lacucebe.blogspot.com/2008/04/la-conquista-de-la-felicidad.html