viernes, 28 de septiembre de 2007

El cheque bebé y los obispos españoles



Han vuelto los obispos a la carga. No le dejan pasar una al gobierno socialista. Todo, o casi todo, lo interpretan de acuerdo a sus criterios, iba a decir de acuerdo a sus pesadillas. Ahora con la decisión gubernativa de aumentar en mil euros la ayuda a las madres que están solas, vienen a decir que con eso el gobierno lo que está haciendo es propaganda en contra del matrimonio y a favor de las uniones de hecho o temporales.

La verdad que se siguen pasando. Que no, que no puede un gobierno, sea cual fuere, dar normativas de acuerdo solamente a los criterios de un grupo religioso, por muy mayoritario que fuese. No solo porque no respetaría a las minorías, sino porque dicho grupo tampoco es tan mayoritario en la práctica vital de cada día.


Otra cosa es discutir por qué esas diferencias. ¿Por qué una mujer por tener un papel que diga que está casada va a recibir menos dinero que la que no tenga ese papel cuando los gastos son los mismos? Pero aprovecharse de esa situación para decir que el gobierno está contra los matrimonios verdaderos, y que los verdaderos son los compuestos de hombre y mujer, indisolubles, para siempre y que hayan pasado por la Iglesia, es realmente una pasada por parte de los obispos.

¿Y qué hacemos con tantas situaciones de hecho que existen en este país que no siguen los requisitos eclesiales? ¿Los expulsamos del país? ¿Les condenamos a trabajos forzados? O ¿sería mejor ignorarlos, sufran los que sufran? Por muy obispos que sean, no han entendido que el sábado está para el hombre y no al revés, que las normas son para las personas y no las personas para las normas. No han comprendido lo que significa la igualdad entre las personas, los grupos y los pueblos. Tal vez porque no han entendido lo de la fraternidad. Y esto sí que sería grave solo pensarlo, pues equivaldría a decir que no han entendido el mensaje que de pequeños nos enseñaron en la escuela sobre lo que decía el Evangelio.


Mejor les vendría poner orden en su casa radiofónica de la COPE, donde no es precisamente ejemplo de igualdad, y de respeto a las diferencias lo que están dando.

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