lunes, 10 de septiembre de 2007

Cosecha de otoño con sabor a injusticia



Frente al campo sembrado, esperando el momento de la cosecha, comienza a sentirse el otoño y puede verse volar a las aves matutinas, abriéndose paso entre la humedad formando neblina sobre los trigales madurando. Atardece, anochece y entonces se escucha el gran concierto de insectos que parece que se saben muy bien sus notas.

Entonces todo esto nos recuerda los ciclos, las estaciones y el transcurrir de la vida. Tiempos de siembra y tiempos de cosecha. ¿ Qué sabor tendrá el trigo de esta estación ?. Las tormentas tropicales llegan a los campos con sabor a huracán. Y sin excepción, este campo generoso, sabrá a lluvia, aire y estruendosos relámpagos. Pero una cierta acidez se percibe porque sabrá también a injusticia, a corrupción desentendida, a olvido de aquellos que menos tienen y en albergues lloran sus pérdidas.

Para algunos la bendición del agua en sus tierras secas, para otros el exceso doliente arrancando de vuelta sus frágiles raíces. ¿ Tendremos valor para no sentir que las tormentas que nos llegan debilitadas, antes destruyeron poblaciones a su paso?.

El planeta se ha tomado en serio hacer su protesta. En esta temporada natural de huracanes, no se esperó que tendríamos dos muy fuertes. Cuánta reflexión debemos hacer sobre nuestro paso por el espacio de tierra que ocupamos. No se trata de ajuste de cuentas de la sabia naturaleza ni de su Creador, sin embargo creo que son más firmes las alertas y avisos de la inconsciente destrucción. Comienzan a cobrar altas facturas, la tierra, el aire, el agua y la vida.

Afortunadamente todavía queda un punto a favor, y es la ayuda humanitaria que los países hacen a los más afectados. Dejando de largo por momentos las diferencias, se unen por sus hermanos, los olvidados por las políticas gubernamentales, aquellos que son noticia mientras se pasa de la tempestad a la calma. Entonces vuelven a ser abandonados. ¿ Hasta cuándo?.

Tere García Ahued.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

En el norte el otoño, aquí en el sur esperando la primavera. ¿para qué?, si todos los días la naturaleza nos enfrenta a nuevos fenómenos. Temperaturas incomprensibles, lluvia ácida....pero mientras esperamos, esperamos la primavera, esperamos el verano, esperamos el otoño, esperamos el invierno...y siempre esperamos que se renueve el ciclo y con el, las esperanzas. Esperar de Esperanza. Esperanzas de que todos los necesitados no se conviertan en indigentes. Esperanzas de que los que tienen más repartan más a los que menos tienen. Esperanzas que mañana será mejor que hoy, cosechando y sembrando para un futuro mejor.
Abrazos desde Buenos Aires, Argentina

juan dijo...

Creo que esto nunca cambiara ,el ser humano es un necio a sabiendas de la furia e los fenomenos nos obtinamos a desafiar a la naturaleza, a veces por la comodidad de un lugar ,a veces como sucede aqui en mexico con la promesa de un pedaso de tierra a manos de lideres voraces que se nutren de la desgracia humana y que cada ciclo electoral esperan el apoyo de estas masas que con esa esperanza votaran por ellos, y que en el mayor de las veces nunca volveran a ver tan pronto obtienen lo que quieren de esos borregos que van a ser sacrificados dejados en lugares absurdos , quiza junto a un rio en una baranca solo por desear lo que es justo algo a que atarse ,eso no acabara hasta que los hombres dejen de ser antropofagos y dejen de comerse el corazon y la voluntad de los pueblos , disculpen si ofendo conciencias gracias por permitir este comentario un saludo Tere y Armando y atodos los que leen esta columna Juan e México