Sigue siendo lo del Sahara una asignatura pendiente. Y así parece que será por los siglos de los siglos. Al igual que Palestina. Desde 1975 el pueblo saharaui se siente acosado y como exterminado. Cárceles y torturas han sido, según muchos testimonios, el pan nuestro de cada día.
En el 2005 comienza una resistencia activa por parte de muchos que todavía siguen viviendo en los territorios ocupados, provincias del Sur según el gobierno de Marruecos. Y la represión continúa vigente. Abogados españoles han sido testigos de juicios con cargo sin defensa apropiada.
Y todo ello delante de la Minurso, organismo de las Naciones Unidas que aún está presente, para garantizar un proceso político en paz y con normalidad hasta que se tomen las decisiones oportunas. Pero la primera decisión política tomada por las Naciones Unidas fue el reconocimiento al derecho de autodeterminación de dicho pueblo, que ahora se cambia por el concepto de una autonomía amplia. Marruecos se niega a todo lo que no sea su propuesta. Los saharauis agrupados con el Frente POLISARIO también se niegan a todo lo que sea que ellos no puedan decidir sobre su propio destino.
Mientras hace pocos días el ministro Moratinos denunció ante el Parlamento Español la violación de los derechos humanos en Birmania pidiendo la liberación de los presos políticos. Pero no se ha pronunciado con la misma firmeza en cuanto a la existencia de otros más cercanos geográficamente, y prácticamente vecinos nuestros, y a cuyo pueblo España le debe mucha riqueza de los trabajadores que allí convivían antes de 1975. Será por eso por lo que casi todos los saharauis valoran y aprecian a Franco, porque en su tiempo no se plegó a las peticiones del gobierno marroquí.
Es normal que los que conviven en las zonas ocupadas duerman con miedo. Es normal que todos vivan esta situación con angustia, cuando no solo su futuro sigue amenazado sino también su presente.
En el 2005 comienza una resistencia activa por parte de muchos que todavía siguen viviendo en los territorios ocupados, provincias del Sur según el gobierno de Marruecos. Y la represión continúa vigente. Abogados españoles han sido testigos de juicios con cargo sin defensa apropiada.
Y todo ello delante de la Minurso, organismo de las Naciones Unidas que aún está presente, para garantizar un proceso político en paz y con normalidad hasta que se tomen las decisiones oportunas. Pero la primera decisión política tomada por las Naciones Unidas fue el reconocimiento al derecho de autodeterminación de dicho pueblo, que ahora se cambia por el concepto de una autonomía amplia. Marruecos se niega a todo lo que no sea su propuesta. Los saharauis agrupados con el Frente POLISARIO también se niegan a todo lo que sea que ellos no puedan decidir sobre su propio destino.
Mientras hace pocos días el ministro Moratinos denunció ante el Parlamento Español la violación de los derechos humanos en Birmania pidiendo la liberación de los presos políticos. Pero no se ha pronunciado con la misma firmeza en cuanto a la existencia de otros más cercanos geográficamente, y prácticamente vecinos nuestros, y a cuyo pueblo España le debe mucha riqueza de los trabajadores que allí convivían antes de 1975. Será por eso por lo que casi todos los saharauis valoran y aprecian a Franco, porque en su tiempo no se plegó a las peticiones del gobierno marroquí.
Es normal que los que conviven en las zonas ocupadas duerman con miedo. Es normal que todos vivan esta situación con angustia, cuando no solo su futuro sigue amenazado sino también su presente.
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