jueves, 9 de julio de 2009

Regalos naturales





Regalos naturales.

Respiro profundamente llenando mis pulmones con la trascendente escencia del aire de esta mañana luminosa. El agitado sueño que estoy a punto de llamarle pesadilla, me hizo despertar ansiosa. Sin embargo me ha bastado abrir las persianas, recorrer la puerta de cristal y asomarme al balcón para darle la cara al sol naciente que me regala cierta frescura con el viento que sigo reteniendo dentro de mí. No importa qué revelen las imágenes de mi subconsciente, me gusta aferrarme a la realidad de mi presente en este amanecer del mes de julio marcando ese punto medio entre principio y fin de año.

Es este estado intermedio el que me hace tener certeza y me libera de la ilusión o añoranza con la que nos comprometemos cuando iniciamos o terminamos algo. Es sentir que no asciendo o desciendo, que no acelero ni desacelero; es esperar las vacaciones como vengan y ocupar mi sitio naturalmente recibiendo lo que está escrito.

La tarde anterior, extensas nubes anunciaban gran tormenta, pero aún sobre su fondo gris espeso, un perfecto arcoiris se hacía presente. Maravilloso espectáculo de luces y sombras, de colores y aromas de humedad, estimulaban a corazones sensibles capaces de observar todo con reflexión y admiración. Sin embargo, ni una sola gota se desvaneció sobre las calles, pese al negro pronóstico que indicaba el cielo. Justamente y aunque me fascine la lluvia, una tormenta eléctrica y abundante no habría ayudado en mis ánimos de la tarde de ayer. Por el contrario entre zonas de cielo anaranjado despidiendo al sol, otras con extensas nubes negras, apareció un hermoso arco reflejando gamas de colores alegres que me hizo detener mis actividades por el valioso momento de contemplarle durante el brincoteo de mis ojos siguiendo su forma de principio a fin.

Estamos llenos de regalos naturales durante nuestras noches o días. Algunas veces los reconocemos y valoramos. Otras tantas los problemas de la vida nos impiden observarlos y descubrir el mensaje de amor que contienen. Están ahí y son suficientes para quien guste tomarlos. Es una opción, es una oportunidad de sentir la fuerza del Amor Divino hacia nosotros. Yo tomo entonces esta oportunidad... ¿y tú?.

Tere García Ahued.

3 comentarios:

Retazos y retozos dijo...

Me gusta esto de respirar naturaleza.

José Ignacio Lacucebe dijo...

Como dice Nelly en su entrada dejamos cosas en borrador y siempre son las más importantes y sencillas.
Besos

Anónimo dijo...

oo qq genial seriaa siempre estar asi super haappy pero en realidad sabemos lo qq es respirar naturaleza????......