viernes, 12 de septiembre de 2008

A mi gran maestra

* A MI GRAN MAESTRA *

Gracias MAESTRA por todas las gracias recibidas.
Aunque desde niña, no todo para mi fueron alegrías.
Sin embargo cuando usted me daba clases,
Aunque me costara mucho aprobar, siempre salía eximida.
Las hojas en blanco que me daba;
llenarnas eran un reto, y no siempre me satisfacían.
El pulso me temblaba, y mis manos se humedecían.
¡Cuantas veces la regaba! Con lágrimas saladas y tibias.
Me he sentido impotente, pero usted se compadecía.
Y me acariciaba incentivándome, por lo bajo me decía.
¡TÚ PUEDES! Y me sentía fortalecida.
Crecí sabiendo que mi MAESTRA y DIOS.
¡NUNCA ME ABANDONARÍAN!
Me gustaba su guardapolvo blanco.
Pero a veces usted de negro venía vestida.
Y entonces entraba en pánico.
Y la mañana se presentaba sombría.
Sin embarjo no puedo decir que jamás.
De sus labios faltó una sonrisa.
Recuerdo en mi adolescencia.
Cuando una enfermedad me sorprendió.
Y el médico declaró: ¡PUEDEN SER MESES, O PUEDEN SER DÍAS!
Apareció usted, con un ramo de margaritas.
Pétalo por pétalo deshojé... y quedé ¡VIVA!
Papá y mamá lloraban, creyendo que yo dormía.
Pero ¡Vino de nuevo usted a mi casa de visita!
Los consoló como solo puede hacerlo una MAESTRA.
Que amaba entrañablemente a su hija.
Y mis padres se abrazaron invocando la protección divina.
Usted no tiene edad querida ¡SEÑO!
PORQUE EN CADA PASO QUE DOY, SIENTO SU COMPAÑÍA.
Atravecé muchas pruebas; se que no son las definitivas.
Pero con su ayuda estoy segura, que siempre saldré eximida.
En este día 11 de Setiembre; que el maestro celebra su día.
RECIBA ESTE PEQUEÑO HOMENAJE.
MIS PALABRAS EN POESÍA.
¡Seguiré recibiendo reprensiones!
MAESTRA de mis noches, PROFESORA de mis días.
A usted le debo mi maduréz, el obrar con osadía.
Enfrentando los poblemas, como usted también lo hacía.
Solo tengo para regalarle, mariposas, azahares,
en esta primavera recien nacida.
Y esta tarjeta hecha por mi.
Que rocié con lágrimas mías.
Y este fondo musical, que es mi melodía preferida.
¡Perdón! Ovidé escribir su nombre.
¡Esta alumna fue siempre muy distraída!
Soy poeta ¡Ya lo sabe!
Vivo en una nube suspendida.
¡Gracias como dice la melodía!
"MERCI CHERÍ" ¡GRACIAS QUERIDA!
Su alumna que gracias a usted...
Creció y dejó de ser una niña.
Con todo el amor que le tengo.
A USTED... SEÑORITA "VIDAAAAAAAAAAAA"

* LA MEJOR MAESTRA QUE TUVE, Y TENDRÉ; HASTA QUE SE ME ACABEN LOS DÍAS *

Libia Beatriz Carciofetti// Argentina Derechos reservados Nº 452298

4 comentarios:

José Ignacio Lacucebe dijo...

Yo también recuerdo con nostalgia algunos maestros de mi infancia y juventud.
Con ellos aprendí a correr en lugar de andar, a callar antes de decir algo intrascendente, a mirar para conocer, a no dejar de lado, también a llorar.
Gran maestra es la vida que junto el tiempo nos permite, con generosidad, seguir caminando y aprendiendo.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Yo tambien recuerdo con nostalgia y con inmenso cariño a mis maestros,pero tambien tengo la
oportunidad de recordar con un inmenso amor a mis alumnos.
En una y otra forma he valorado
lo hermoso de esta misión.
Hermoso poema,tu maestra debe estar orgullosa,en ella estoy
segura que agradeces a todos los
maestros del mundo.
Enhorabuena
Nelly

Anónimo dijo...

Me ocurre como a Nelly. Recuerdo con cariño a mis profesores, pero quizá por haber sido tambien profesora, mis recuerdos mejores me los han dejado mis alumnos ...
Es verdad que les he querido, y que junto con lo árido de las matemáticas y de la fìsica, han tenido que sentir mi interés por ellos y mi afan por ayudarles.
Pero me he sentido pagada, sin buscar paga alguna, cuando a pesar de los años que van pasando para todos, nos encontramos, por que nos buscamos mutuamente, y les veo convertidos en personas adultas, responsables, llenas de valores, trabajando por los demas y repartiendo lo que hace años quisimos darles los entonces . sus profesores.
Un abrazo
Maria Consuelo

Anónimo dijo...

Coincido con los comentarios. Todos tenemos recuerdos de nuestros maestros y de algunos en particular más que de otros.
Sin saberlo, podemos tener en nuestra vida actual, algún reflejo de su influencia en nuestros días de escuela.
Tere.