jueves, 30 de julio de 2009

¿Desde cuándo soñamos?



Soñamos desde el vientre materno, y ¿qué soñamos allí cuando todavía desconocemos el mundo, cuando solo nadamos en ese pequeño océano que,nos sirve de morada?


Quizás soñamos con salir a ver esa luz que apenas percibimos, con lo hermoso del mundo que nos espera, con ver la cara de nuestros padres, del hermanito que nos habla o de los abuelos que nos miman. Luego llegamos a este mundo y seguimos soñando que todo es hermoso que tenemosel más grande de los recibimientos, y cada brazo que nos recibe nos colma de un mundo de felicidad y los sueños siguen teniendo el más bello de los matices.


Ya es el momento de llegar al colegio y soñamos con los amigos que nos esperan, con la profesora de cara amable que en la puerta nos recibe dándonos la más grande de las bienvenidas y siguen los sueños envueltos en preciosos colores donde hay juguetes y juegos, y bultos cargados de libros, y patinetas y triciclos y continuamos felices porque el colegio se ha hecho más grande al igual que nuestros amigos, nuevas ilusiones hacen nido en nuestro corazón. Ahora soñamos que la Universidad nos abre las puertas y allí estamos iniciando esa carrera que hemos anhelado y en el sueño aparecen las ilusiones que ensanchan el corazón y el sueño llega al Aula Magna y luego a una iglesia vestida de tules y rosas y vienen los sueños con caritas de niños que nos sonríen, con un trabajo donde reconocen nuestros talentos y somos altamente remunerados.


Pero aquí no acaban los sueños porque nuevas caritas nos sonríen ya cuando estamos disfrutando de la tranquilidad que siempre hemos soñado y se sientan a nuestro lado para que les contemos las alegrías de un pasado que apenas está detrás de la puerta. Ahora ya los sueños se dirigen a ver felices a los que queremos, y ya son sueños de confianza, de fe, donde anhelamos paz y una gran tranquiliad. Y es que entonces nos damos cuenta que en realidad no terminan nunca los sueños, sino que se van bordando con hilos de plata y se tejen con cantos de esperanza. Y es que la realidad es que sabemos cuando empiezan los sueños pero no cuando terminan.
Nelly Guerrero

martes, 21 de julio de 2009

Lágrimas y noches largas



Tristes sucesos en algunas gestiones sanitarias en medio de un montón de aciertos, dolorosos acontecimientos de jóvenes menores de edad que cometen delitos y no dejan satisfechos con las penas que se les imponen a las familias que han sido víctimas de los mismos, están dejando estos días lágrimas amargas en muchos hogares de nuestro país. Los temores y los recelos nos invaden a través de pequeños acontecimientos que se nos hacen grandes por la inmediatez y la calidad de los mismos. Reclamamos justicia, no venganza. Exigimos medios que de alguna forma nos permitan vivir con la tranquilidad de que esas situaciones no solo no quedarán impunes, sino que además se va a actuar sobre las causas de tal manera que en la sociedad se pueda vivir con tranquilidad y libertad, sin miedo a los efectos de una violencia que merodea alrededor nuestro.

Lágrimas que se derraman ante el sufrimiento, los temores y los recelos, pero que no nos impidan ver las noches largas de insomnio de tantos otros, con mucha tristeza y desconsuelo porque el hambre parece ser un vecino permanente, la guerra sigue destrozando sus familias o no pueden vivir con seguridad porque sus ideas y opciones son diferentes al grupo que les gobierna. Son las noches que se viven en muchos hogares, pueblos, etnias y grupos que ven como, día tras día, sus vidas siguen en peligro y nadie ha condenado las causas que han originado dichas situaciones ni tampoco ha puesto soluciones. Que las lágrimas de los hechos dolientes que nos punzan en momentos fuertes no nos impidan seguir siendo conscientes de la noche de los cuchillos largos que muchos sufren.

jueves, 9 de julio de 2009

Regalos naturales





Regalos naturales.

Respiro profundamente llenando mis pulmones con la trascendente escencia del aire de esta mañana luminosa. El agitado sueño que estoy a punto de llamarle pesadilla, me hizo despertar ansiosa. Sin embargo me ha bastado abrir las persianas, recorrer la puerta de cristal y asomarme al balcón para darle la cara al sol naciente que me regala cierta frescura con el viento que sigo reteniendo dentro de mí. No importa qué revelen las imágenes de mi subconsciente, me gusta aferrarme a la realidad de mi presente en este amanecer del mes de julio marcando ese punto medio entre principio y fin de año.

Es este estado intermedio el que me hace tener certeza y me libera de la ilusión o añoranza con la que nos comprometemos cuando iniciamos o terminamos algo. Es sentir que no asciendo o desciendo, que no acelero ni desacelero; es esperar las vacaciones como vengan y ocupar mi sitio naturalmente recibiendo lo que está escrito.

La tarde anterior, extensas nubes anunciaban gran tormenta, pero aún sobre su fondo gris espeso, un perfecto arcoiris se hacía presente. Maravilloso espectáculo de luces y sombras, de colores y aromas de humedad, estimulaban a corazones sensibles capaces de observar todo con reflexión y admiración. Sin embargo, ni una sola gota se desvaneció sobre las calles, pese al negro pronóstico que indicaba el cielo. Justamente y aunque me fascine la lluvia, una tormenta eléctrica y abundante no habría ayudado en mis ánimos de la tarde de ayer. Por el contrario entre zonas de cielo anaranjado despidiendo al sol, otras con extensas nubes negras, apareció un hermoso arco reflejando gamas de colores alegres que me hizo detener mis actividades por el valioso momento de contemplarle durante el brincoteo de mis ojos siguiendo su forma de principio a fin.

Estamos llenos de regalos naturales durante nuestras noches o días. Algunas veces los reconocemos y valoramos. Otras tantas los problemas de la vida nos impiden observarlos y descubrir el mensaje de amor que contienen. Están ahí y son suficientes para quien guste tomarlos. Es una opción, es una oportunidad de sentir la fuerza del Amor Divino hacia nosotros. Yo tomo entonces esta oportunidad... ¿y tú?.

Tere García Ahued.