viernes, 30 de mayo de 2008

Día de Canarias



Desde la distancia, en pleno corazón madrileño, trabajando, cuando en mi tierra donde nací están de fiesta, con calor, en día de playa, con un puente largo y celebrando el Día de Canarias, me entran las añoranzas lógicas y normales. Ser canario es sentirse, es algo que se lleva dentro, difícilmente explicable. Cuando me preguntan de donde soy siempre digo que soy de Canarias, y si no saben dónde queda luego sigo con España. No, no soy independentista ni nacionalista. De hecho vivo en Madrid y aquí tengo mi hogar, porque aquí he encontrado mi trabajo. Pero es un sentimiento donde todo se mezcla.

Estamos hechos por el mar, por ese mar que nos envuelve que es nuestra cercanía y nuestro horizonte, que nos une y nos separa, que nos lleva a otros sitios y que nos trae de otros lugares, que hace salir y entrar, que nos roza con todos los lugares del mundo, que nos ha hecho, por esas entradas y salidas, mestizos e interculturales. No se puede poner fronteras al mar, aunque los gobernantes de turno lo quieran hacer. Siempre, por eso mismo, hemos sido un pueblo abierto. Y me apena y entristece los discursos de quienes nos gobiernan que nos ven a nosotros mismos como exclusivistas, como si fuéramos los únicos. Siempre hemos sabido salir y siempre hemos sabido dejar entrar. El mar nos ha hecho soñar. Y cuando paseo por las anchas llanuras de Castilla y veo al fondo el azul del cielo que se pega con la tierra pienso que es el mar del que cada kilómetro recorrido me voy sintiendo más cercano.

Día de Canarias. Ojalá sirva para descansar, para contemplarnos a nosotros mismos, para seguir siendo lo que siempre fuimos y nunca debemos dejar de ser: un pueblo abierto al mar, donde las olas todo lo mezclan.

miércoles, 28 de mayo de 2008

Las nubes están de fiesta


Recostada en el césped levanto mi vista hacia ese cielo azul
cuya inmensidad me recuerda la grandeza del creador.

Las nubes han convocado a un festín y llegan engalanadas
con su ropaje blanco:
la reina las princesas, las doncellas y las hadas.

Cada una con su presente:
la reina con sus joyas,
las princesas
con sus zapatillas,
las doncellas con sus velos...
pero las hadas
llegan con sus manos vacías
parece que la varita mágica se quedo enredada
en alguna montaña de nieve.

Pero no hace falta
ellas traen su presente en el corazón,
son su buenos deseos:
la alegría, la esperanza, la confianza, la justicia ,la paz, la comprensión, la bondad,
y el amor.

La fiesta empezó y la alegría inundó el cielo
,la esperanza trajo una estela de confianza,.
y esta trajo la paz,
la paz la tranquilidad,
la tranquilidad la seguridad
y la seguridad abrió las puertas a la libertad,
pero faltaba un deseo para que las nubes
con sus hermosas siluetas,
pudieran formar una guirnalda de luz y de ilusión.

Entonces apareció algo que todo lo iluminó,
era el más importante de los deseos,
era el AMOR, que todo lo llena, que todo lo hace resplandecer.
Es que las nubes nos regalan tantas formas que nuestra imaginación
se agiganta en aras de crear un mundo lleno de amor.

Nelly Guerrero

martes, 27 de mayo de 2008

Dolor de futuro




Van haciendo vida
a saltos pequeños
siguiendo a la madre.
Van dejando huellas
en la acera ardiente,
corren tras el pan.

Desnudos sus pies
que saben a cierzo,
raudales y arena.

Van haciendo vida
desde que aprendieron
que andar es comer...

Piececitos rojos
calientes de sol,
niños andariegos
que cada mañana
pisan la sombra
que deja mamá;
la que va ofreciendo
frutos de cansancios,
vendiendo esperanza
de pan y sudor...

Sus niños descalzos
van haciendo vida
mientras el destino
traza su historia
por los arrabales
y la gran ciudad.

El niño cansado
de andar sin zapatos
aprende a golpes
a ganarse el pan.

Dolor de futuro
y pisadas firmes
forman su bagaje;
Van haciendo vida...
van comiendo soles...
y aprenden a golpes
a ganarse el pan.
Ninfa Duarte

lunes, 26 de mayo de 2008

La inmigración, un delito. ¿Es eso positivo?


Si la inmigración, a partir de ahora, es un delito –dixit en Italia-, consiguientemente los inmigrantes son unos delincuentes. Sí, ya sé que se refiere a la inmigración ilegal. Pero lo de ilegal es un apelativo que ha funcionado siempre, pues será harto difícil que la gente llegue con un papel debajo del brazo más un contrato de trabajo.

¿Es justa esa normativa? Si nos atenemos a todo lo que conlleva alrededor de la inmigración, puede que hasta que sí, que sea positiva. Calificar la inmigración como delito, supondrá también, digo yo, el mismo calificativo para las causas que originan dicho fenómeno. Mira por donde los italianos van a ser una avanzadilla en este terreno: para ellos se supone que también es delito el hambre organizado que hay en el mundo cuando todos sabemos que podría paliarse, para ellos será también delito las guerras que hacen que seres humanos huyan para salvar sus vidas, para ellos será también delito las bombas racimos que contribuyen a dejar inválidos a cientos de miles de personas en continentes devastados, para ellos será también delito las dictaduras que persiguen a los que actúan y se expresan de forma diferente y obligan a que muchos tengan que huir de sus países para defender su integridad física.

Mira por donde los italianos han declarado ilícito, y conducta delictiva, lo que hasta ahora otros gobiernos no se habían atrevido. Sus leyes tendrán que lograr que en el mundo entero se combata el hambre, la miseria, la guerra y cualquier tipo de dictadura. Y tendrá que ser esto aceptado por el parlamento europeo. Si dan el visto bueno a la ilegalidad de la inmigración, también serán ilegales sus causas. Es lo normal.

Lo único que no me casa es como conciliar todo ello con el artículo 13 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que habla de la libertad de las personas para fijar su domicilio en cualquier punto de la tierra. Tendrán que volverse a reunir todos los países del mundo, con el consiguiente gasto de dinero, para declarar ilegal ese artículo y suprimirlo, dejarlo vacío o en su lugar poner alguno que declare delito, delincuencia, ilícito o la fórmula que mejor se ajuste en Derecho a las causas que provocan los desplazamientos forzosos de un lugar a otro, con todas las consecuencias que conllevaría de trabajar y esforzarse por eliminar dichas causas.

viernes, 23 de mayo de 2008

Recordando cosas del 68



Recordando anoche el recital de Raimon hace cuarenta años a uno le vienen a la memoria infinidad de cosas. Había una dictadura, las reuniones no eran libres, tampoco las manifestaciones, los grises corrían detrás del que protestaba, los sindicatos no oficiales tenían que esconderse, casi todo lo que podía resultar bonito a los sueños de los jóvenes de entonces era clandestino y había que realizarlo jugando al escondite. De hecho aquel recital terminó con la paranoia de una invasión policial.

En medio de ello uno se acuerda de revistas como Triunfo o El Ciervo, o de filósofos como Aranguren que intentaban poner otra voz y apuntar a otras reflexiones. Bien que se portó el decano de la universidad haciéndose el tonto con el festival famoso, pero también mucha gente de aquella época ya se reunía a escondidas y los carteles con las imágenes del Che adornaban las paredes del interior de muchas habitaciones. Era como un símbolo de que algo nuevo se necesitaba no solo en la sociedad sino también en la iglesia donde se iba fraguando movimientos de base impulsados por el abrir las ventanas del Papa Juan para que el viento se llevara el polvo acumulado.

Fue también el tiempo de movimientos maoístas y ácratas. Recuerda uno con cara de asombro personas conocidas y famosas posteriormente en la sociedad democrática que militaban en los mismos. Ya se habían producido también atentados de Eta en el País Vasco. Algo bullía en la sociedad que pedía un cambio social, cultural y político. Las cosas van surgiendo poco a poco, y de abajo arriba. Todo pareció quedar paralizado no solo en España sino en el resto de Europa, pero una semilla había sido sembrada. Recitales de Paco Ibáñez, acciones simbólicas que se gestaban en los colegios mayores de entonces como si dieran espacio a una universidad más cercana a la sociedad. Profesores expulsados de la Universidad como el querido Aranguren fueron hitos de que lo imposible en algún momento podía tornarse posible. Aunque gente, como Fraga, intentaran justificar la necesidad de una prevención con aquellos llamados estados de excepción que ya para conocerles hay que ir a los libros de historia, si bien se daba cuenta que no podía parar la incandescencia que comenzaba a encenderse. Hubo también otras Pragas entre nosotros, aunque nada cortó el sueño de que no se podía enterrar del todo al 68 y que hizo que los movimientos de izquierda no durmieran en el sueño de los justos, pues aunque no se les viera, seguían con las suyas. Luego ya vino la Transición, los consensos, el limar puntos de vista, el quitar aristas, y lograr un engranaje donde todos cupiésemos.

Más allá de todo ello hay un espíritu, el espíritu del 68, que nunca debemos enterrar en ninguno de los ámbitos donde actuamos: sociales, políticos, culturales, religiosos, filosóficos. Siempre lo vamos a asociar al espíritu del cambio y de la renovación, en cuya dirección siempre vamos a estar llamados a movernos, y necesitados de hacerlo. Pararse no es bueno.

jueves, 22 de mayo de 2008

Manifiesto EDUCACION PARA LA CIUDADANIA, SI





MANIFIESTO EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA SÍ

La inclusión en la Ley Orgánica de Educación de un área denominada Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos ha provocado una espiral de reacciones, muchas de ellas ultramontanas, procedentes de la jerarquía eclesiástica y de entornos conservadores, en las que afirman que esta medida, para ellos una imposición, supone un intento del Gobierno por implantar un sistema con el que adoctrinar a los/as estudiantes y llevarlos del lado de la ideología que preconiza el propio Gobierno.

Prestos y audaces, los sectores educativos situados a la derecha, todos ellos con un peso católico determinante, han organizado plataformas contra la educación para la ciudadanía. Parece como si quisieran que éste tomara el relevo al recurrente debate de religión en las aulas sí, religión en las aulas no. Pero con esta estrategia obvian que no hay lugar para la comparación.

El debate sobre religión sí, religión no, se ha convertido en el auténtico paradigma en cualquier debate educativo en el país, ya que alude a un tema cerrado en la Constitución por consenso, pero trastocado con la firma del Concordato, lo que no impide que nuestra realidad laica pueda acogerse a una legalidad aconfesional.

¿Qué es lo que convierte en vano y torticero este intento de equiparar ambas materias?. ¿Por qué para nosotros no hay ninguna duda?. Educación para la ciudadanía sí.

Claro que sí, porque los poderes públicos pueden y deben organizar enseñanzas que trasmitan a los/as estudiantes valores, derechos y deberes. Por mucho que le duela a la jerarquía católica, la iglesia no legisla, la iglesia podrá dar su opinión, pero tendrá que asumir que los derechos de los/as ciudadanos/as los regula la sociedad a través del Estado, porque, sencillamente, la organización de la vida en común, la compartida en un espacio de convivencia bajo unas normas colectivas, pertenece a los/as ciudadanos/as democráticamente, a los/as ciudadanos/as individuales que se aglutinan en sociedad. No pertenece a Dios. La vida es de los hombres y las mujeres y con ella hacen lo que quieren de acuerdo a la ley que sanciona la mayoría.

Por tanto, si tenemos claro que esta asignatura no es una imposición, sino la voluntad de la mayoría, podemos avanzar en sus contenidos y estructura, aseverando que no constituye tampoco un compendio de ideas de partido o de gobierno, puesto que, como recordaba la gran pedagoga y activista de la pública Marta Mata, en 1791 Condorcet asentaba las bases para la escuela pública señalando que la enseñanza de los Derechos Humanos debía serlo como conquista de la humanidad, no como un dogma. Y esta es la idea que reflejan los diferentes manuales de la asignatura.

Para nosotros, esta área debe buscar la formación para la información y el conocimiento, la información para la opinión, y la opinión para la participación y la crítica social. Estas son las bases sobre las que se asienta una sociedad donde los ciudadanos son responsables, y tratan de trabajar en torno al diálogo, el consenso y el acuerdo.

Es necesario que, además de en los currículos de la filosofía o de la ética, se enseñen, orientados en el ejercicio de la práctica ciudadana, los valores de la ilustración impulsados por la razón, vertebradores del europeismo y de la defensa de los Derechos Humanos; los valores liberales, que reivindican la libertad individual, la emancipación del ser, su total independencia; los valores democráticos, formados por las igualdad de todos ante la ley, la representación a través de las instituciones y el gobierno de la mayoría para todos; los valores de la solidaridad y del compromiso con el otro y con sus necesidades.

Se hace necesario, por tanto, una asignatura que enseñe y potencie los valores ciudadanos y su ejercicio práctico, y que potencie también la práctica misma de éstos en el aula, a través de la entrada de otros actores de la ciudadanía, como los movimientos asociativos de diversa índole, especialmente los movimientos juveniles y medioambientales.

Por otro lado no podemos admitir que tanto la Conferencia Episcopal como la derecha hayan "acusado" a esta asignatura de tener contenidos inmorales y un espíritu adoctrinador, ni tampoco que autoridades educativas de distintas Comunidades Autónomas estén llamando al incumplimiento de la ley, a la objeción ilegal . Desde FAEST opinamos que la enseñanza de los valores constitucionales, el aprendizaje de los derechos y deberes que tenemos como ciudadanos y el estudio de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, sería en todo caso un conjunto de elementos básicos para el completo desarrollo de las personas y por tanto, éstas estarían totalmente preparadas para no caer en ningún tipo de adoctrinamientos o embustes como a los que diariamente están sometidas por parte de los sujetos anteriormente nombrados. Además Educación para la Ciudadanía supondrá a medio plazo un cambio notable en la sociedad, haciéndola más participativa, más solidaria, más tolerante, en definitiva convirtiéndola en una sociedad del siglo XXI.

Esta es nuestra posición, sí a la educación para la ciudadanía, y estaremos dispuestos a defenderla ante aquellos que la etiquetan de imposición del gobierno socialista, siempre dentro de las formas y reglas de la democracia, de la limpieza del debate público, igual que seguimos reivindicando que la regulación final de la enseñanza de las religiones quede exenta de optativa alguna, lo que refuerza, de nuevo, el ejercicio de la libertad de cada cual para formarse en los valores religiosos que le de la gana. No en vano, no son éstos valores los que ofrecen el basamento de las sociedades democráticas. La base de nuestras sociedades es la ciudadanía. Por qué no enseñar a ejercerla.

miércoles, 21 de mayo de 2008

Soberanía alimentaria




Por: archipielagonoticias.com
19 05 08

Escrito por Enrique del Val Blanco en eluniversal.com.
El autor es analista político y economista.

Ahora resulta que los organismos internacionales, como el Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización Mundial de Comercio (OMC), están preocupadísimos por la crisis producto del aumento de precios de los alimentos y del cambio en los patrones de consumo.

El sistema de producción y abasto de alimentos actual tiene entre sus principales promotores a esos organismos y a Estados Unidos, que apoya a sus grandes conglomerados agrícolas, como las empresas Cargill y Monsanto, entre otras. Como bien definió el señor Jean Ziegler, relator especial de la Organización de las Naciones Unidas para el Derecho a la Alimentación: “Tenemos una red de comerciantes, especuladores y bandidos financieros que han construido este mundo salvaje, de horror y desigualdad”.

La pregunta que surge es: ¿dónde estaban los expertos, que no previeron lo que era lógico que ocurriera? Era imposible que el mundo continuara con la irresponsabilidad que supuestamente de pronto apareció —lo que por supuesto es falso—. Las consecuencias económicas y sobre todo políticas en la materia eran obvias. Ahora estamos frente a una gran crisis cuya salida no se ve por el momento.

La ONU ha creado una gran comisión pero la crisis ya está sobre las mesas de millones de personas en el mundo. Y nuevamente los que la sufrirán más serán los pobres y otros millones más que pasarán a ser pobres por el costo de los alimentos.

Todos los días conocemos un nuevo aumento de precios en los granos básicos que consume el mundo; asimismo, nos enteramos de cifras récord en el precio del petróleo, que también contribuye generando un efecto multiplicador en decenas de otros productos.

Durante años se ha presionado a los gobiernos para que agricultores y campesinos orientaran sus cultivos a la exportación y destinaran parte de ellos a apoyar fuentes alternativas de energía, con lo que se abandonó el principio básico de soberanía alimentaria.

La solución a la crisis actual no está dentro del modelo económico vigente, ya que es el principal responsable de ella. ¿Cómo pensar que ahora el presidente del BM de visita en México, el señor Zoellick, vaya a cambiar, si cuando fue representante de EU en la OMC defendía la política de apertura de todos los mercados y su autorregulación? Ya estamos viendo cómo se regulan por oferta y demanda: aumentos de más de 100% en varios granos básicos.

Nuevamente, ¿dónde estaban los expertos? Pues asesorando a las grandes empresas que han obtenido cuantiosos beneficios de este modelo. Según se informa, tenemos como ejemplos a la empresa Cargill, que ha obtenido 86% más de utilidades, y a Monsanto, con récord en ventas de pesticidas y semillas, mientras los habitantes de más de 40 naciones están sufriendo hambre.

Es hora de preguntarnos ¿para qué tanto crecimiento, para qué tanto desperdicio, para qué tanto consumismo en que nos ha metido la globalización, que ha hecho creer a muchos que es la solución a sus problemas, cuando en verdad ha sido el ahondamiento de ellos?

En parte, la crisis tiene que ver con los cambios en los patrones de consumo de los países hoy líderes en crecimiento: la República Popular China e India, donde sus crecientes clases medias quieren, por ejemplo, comer carne, pero el único problema es que en pocos años serán más de 300 millones de personas con posibilidades económicas de hacerlo. La globalización ha conducido a adoptar el modelo de las naciones occidentales, es decir, los patrones de la aberración consumista. Porque además de carne, van a desear poseer refrigeradores, coches, hornos de microondas y por supuesto teléfonos celulares y iPods, productos que supuestamente distinguen a las sociedades avanzadas del siglo XXI.

El tema de la soberanía alimentaria cobra nueva relevancia. Los países que, como el nuestro, la abandonaron en aras de ser miembros del primer mundo y la OCDE bajo el pueril argumento de que era más barato importar maíz que producirlo, estamos viendo sus consecuencias: millones de compatriotas de todas las edades continuarán e incluso entrarán en la clasificación de pobres y desnutridos. Será necesario destinar subsidios cuantiosos para atenderlos mediante los programas federales, con cualquier nombre que le pongan, como el de moda, Vivir Mejor. Porque los pobres querrán por lo menos vivir como antes, no como hoy que “viven peor”.

Este modelo de producción, de explotación infinita de todos los recursos, incluyendo seres humanos, no tiene futuro porque no mejora las condiciones de vida de la mayoría pero sí las de una minoría cada vez más selecta, haciendo de la desigualdad la característica distintiva de la sociedad.

En la actualidad hay una corriente de pensamiento que propone, en lugar de este modelo de crecimiento absurdo y especulativo, uno de menor crecimiento, con una distribución de la riqueza más acorde con los seres humanos y con una vigilancia y cuidado de los recursos naturales, porque por más transgénicos que existan éstos no son la solución al hambre en el mundo. Una vez más los supuestos organismos multilaterales y los gobiernos de los países desarrollados han sido irresponsables, con miras de corto alcance, con un egoísmo inaudito, provocando una de las crisis quizás más severas en el mundo. Por años se permitió que se gestara este desbarajuste en el campo de muchos países.

México tuvo la oportunidad de evitar este problema cuando los gobiernos se preocupaban por tener los silos llenos, a través de los organismos públicos como la desaparecida Conasupo, y la soberanía alimentaria como lo básico a defender. Cuando llegaron la modernidad, la privatización de empresas, la especulación, la exportación a toda costa, la liberalización de mercados, el tratado de libre comercio y la entrada a la OCDE, se abandonó esa política y ahora pagamos las consecuencias. Por lo menos, los responsables deberían reconocer que se equivocaron.

martes, 20 de mayo de 2008

Religión, trabajo y sufrimiento



Religión, trabajo y sufrimiento

IGNACIO SOTELO 20/05/2008 EL PAIS

En la Antigüedad, el ciudadano libre desplegaba distintas actividades empresariales, sociales, políticas, culturales, pero en rigor no trabajaba. El condenado a trabajar era el esclavo; el ciudadano libre quedaba excluido, en primer lugar, porque hacer lo que mande otro supone una dependencia incompatible con el status libertatis. El ciudadano libre decide por sí mismo qué hace, cómo y cuándo, sin obedecer más que a la ley. Realiza actividades (ergon), en latín, opera, pero no trabaja (ponein), que además de un sometimiento a la voluntad de otro, conlleva un ponos, un esfuerzo doloroso. Que trabajar significa sufrir se trasluce también en el vocablo latino de labor, que viene de labare, desfallecer ante una carga.

Con el cristianismo, trabajo, obediencia y sufrimiento adquieren una dimensión positiva

Los requisitos de la educación actual son espíritu crítico e iniciativa individual

Con el cristianismo el trabajo, vinculado al sufrimiento, adquiere una dimensión positiva. Por el pecado de desobediencia, Dios condenó a nuestros primeros padres "a ganar el pan con el sudor de la frente". Los padecimientos del Hijo de Dios, muerto en la cruz para redimir al género humano, sacraliza también el sufrimiento que el trabajo comporta. Cierto que el trabajo supone un esfuerzo doloroso, pero hemos venido a este mundo a sufrir, como Jesucristo padeció en la cruz por un amor infinito. "Aquí abajo, el dolor es la sal de nuestra vida". "Bendito sea el dolor, amado sea el dolor, santificado sea el dolor... ¡Glorificado sea el dolor!", leemos todavía en Camino.

En la segunda carta a los Tesalonicenses san Pablo escribe "el que no quiera trabajar que no coma. Pues bien, tenemos noticia de que algunos de vosotros viven ociosamente, sin otra preocupación que curiosearlo todo. De parte de Jesucristo, el Señor, les mandamos y exhortamos a que trabajen en paz y se ganen el pan que comen" (2 Tes, 3 10-13). El cristianismo, sin embargo, en la práctica ha reducido el deber de trabajar a los que no puedan alimentarse de otra forma.

Educar para el trabajo y el esfuerzo doloroso, con un control estricto de las pasiones y una recia disciplina en el comportamiento, elevando la obediencia a virtud, se opone a la educación que recibía el ciudadano, cuyo afán principal era aprender a convivir en libertad. El cristianismo, en cambio, al fin y al cabo religión de esclavos, Nietzsche dixit, rechaza vivir un ocio con sentido, curiosos de todo lo que pasa a su alrededor, con tiempo y ganas de cuestionarse a sí mismo y a los demás.

En la Edad Media, la pereza se contará entre los pecados capitales. El monacato -ora et labora- divide la jornada con un horario estricto. No olvidemos que el monasterio inventa el reloj, como el instrumento que impone orden y disciplina a la cotidianidad. Las primeras formas de acumulación capitalista resultaron de una vida ascética, dedicada a la oración y al trabajo. Max Weber enlaza el surgir del "espíritu del capitalismo" al ascetismo intramundano del calvinismo y el puritanismo. Sin ningún género de duda el cristianismo ha contribuido de manera decisiva a la posición central que el trabajo ha ocupado en la sociedad capitalista moderna. La cuestión que hoy se plantea reza, ¿qué consecuencias sociales y religiosas tendrá el que el trabajo dependiente esté desapareciendo?

La revolución tecnológica de los últimos lustros -automatiza-ción y nuevas técnicas de comuni-cación- promociona una sociedad en la que el beneficio del capital depende cada vez menos del trabajo asalariado. El trabajador no ha conseguido, como pronosticó Marx, acabar con el capital, sino que ha sido el capital el que puede prescindir del trabajo. La civilización industrial demandaba una educación que ponía en un primer plano disciplina y obediencia, las dos virtudes del esclavo que tanto exaltó el cristianismo. Pero en un mundo en el que está desapareciendo el trabajo basado en el esfuerzo físico, directamente vinculado al sufrimiento, se va perdiendo la significación que estas dos cualidades tuvieron en el pasado.

El hombre de hoy centra el esfuerzo físico en el deporte, que sustituye en cierto modo al trabajo manual, como el ciudadano libre lo hizo en la Antigüedad. Ambos sexos se muestran capaces de ejercer las mismas actividades, una vez que una menor fuerza física, la única inferioridad real de la mujer, ya no cuenta. La alta tecnificación de la guerra permite incluso que la mujer combata como un soldado más, actividad de la que había quedado excluida cuando la eficacia de los mandobles dependía de la fuerza de su brazo. Una buena parte de la discriminación social que la mujer ha padecido largos siglos tuvo su origen en que no pudiera imponerse, acudiendo al uso de la fuerza.

Junto con la equiparación de la mujer, la completa transformación del trabajo es el otro cambio mayúsculo que se está operando en las sociedades avanzadas. El trabajo físico doloroso que exigía una obediencia ciega pertenece al pasado; ahora se requieren personas cada vez mejor cualificadas que disfruten con lo que hagan de manera autónoma y responsable.

Importa tener muy presente que en el mundo de la automatización y de las nuevas tecnologías, no sólo se precisa de una población más educada, sino sobre todo educada de otra forma. La vieja educación que exaltaba la disciplina, la obediencia y la disposición a sufrir, ha de dejar paso a una que, sin renunciar al gozo de vivir, ponga en un primer término el espíritu crítico y la iniciativa individual. Ahora que por fin se puede hacer extensiva a todos, tal vez haya que inspirarse en la educación que recibía el ciudadano libre en la Antigüedad, basada en un desarrollo personal que impulse la iniciativa de cada cual.

Predicar el sufrimiento como principio de salvación era congruente con un mundo en el que la inmensa mayoría estaba condenada al esfuerzo doloroso y a la obediencia sin réplica. Un cristianismo que colocó al sufrimiento y la obediencia en el centro de lo humano tuvo sentido en un contexto social en el que la inmensa mayoría estaba condenada a realizar un trabajo desesperante.

Pese a que no quepa eliminar otras muchas fuentes de dolor, desde la muerte de los seres queridos al miedo a la propia muerte, desde la aflicción por el desamor, a la que conlleva el fracaso en nuestros mejores empeños, para la inmensa mayoría la primera fuente diaria de sufrimiento ha desaparecido con el trabajo humillante y doloroso. El recurso a una religión que transforma el sufrimiento en salvación seguirá acogiendo a algunos de los menos dichosos, pero no tendrá ya la universalidad que le proporcionó el trabajo como fuente principal de padecimiento.

Ignacio Sotelo es catedrático excedente de Sociología.

lunes, 19 de mayo de 2008

Limpiadoras and Cia



Benita está nerviosa. Cada día más. No hay nada más malo que estar enferma de los nervios. Unas veces duerme mejor, otras peor. Pero lo que no le ayuda para nada es su trabajo. Se siente fatigada. Se dedica a limpiar, a lavar, a ordenar las cosas que otros desordenan en un centro social, utilizado por muchísimas personas. Limpia hasta las paredes. Hay algunos que incluso se quitan los mocos pasando las manos por esos muros. Y ahora le han comentado que van a eliminar bastante de los recursos que se tienen en este momento para estas tareas. Porque dicen que no hay dinero. Lo puede haber para otras cosas, pero la limpieza no es todavía un trabajo que se valora.


Nos hemos olvidado de los trabajos esenciales en la vida de las personas. ¿Cómo puede atender un médico o un abogado a sus clientes con cierta dignidad si su despacho está lleno de polvo, los pisos con lanas y basura, las papeleras a rebosar? Difícilmente lo haría, si previamente la señora o el señor que limpia no ha hecho su trabajo. Es tan digno uno como otro. Nos hemos olvidado de las personas importantes para las vidas y los trabajos de los demás.


A Benita le puede el cansancio. No puede dejar el trabajo. Lo necesita para pagar sus gastos. También para poder tener una pensión que se aproxime a lo decente el día de mañana. Si no, estaba segura que firmaría el finiquito. Ha dejado su piel. Le gusta su trabajo porque además está al servicio de un colectivo necesitado y pobre que es el que usa dicho centro. Por eso se desvive también y con mas ganas. Pero se siente abandonada por los responsables, por los mismos que defienden los derechos humanos de los más necesitados y salen en la prensa un día sí y otro no con múltiples declaraciones, pero se olvidan de los que limpian. Como también del trabajo llano y monótono de las amas de casa, de las empleadas de hogar, las cuales para colmo están peor que Benita pues no tienen derecho al subsidio del desempleo en caso de que las despidan.

Benita pierde los nervios. Llega a su casa cansada, sin ánimo. No se ve ilusionada. El año pasado de tanto curro hasta enfermó. Y no pidió la baja, para que sus niños, los que utilizan aquel centro social, se siguieran sintiendo a gusto. Pero sus jefes no valoran eso. Los derechos humanos son de los que están fuera, no de los que trabajan en dicho centro. Por eso Benita, después de hablarlo con gente de su confianza, y aun sintiendo que los golpes bajos la están reventando por dentro ha decidido que no tiene más remedio que seguir por su bien y por llegar a fin de mes pudiendo ir al supermercado todas las semanas, aunque para eso tenga que comenzar a “pasar” de cosas que antes hacía y ahora ya no puede, porque una cosa es dar el callo y otra que abusen de ti. No se siente vencida, sigue con ganas de pelear. Dice las cosas cuando llega el momento. Y recuerda a su jefe los compromisos que va adquiriendo con los demás cuando al día siguiente los olvida. Si todos me olvidan, yo no me voy a olvidar de mi misma, se ha dicho. Si a nadie le importa, a mí si que me importo. Y ya se darán cuenta de lo que es perder la cantidad de detalles que hago todos los días por los necesitados que vienen aquí sin que ello entre en mi nómina. Y si no se dan cuenta, pues peor para ellos. Serán ellos los que sigan prisioneros de si mismos. En esto no hay jueces, el juez parece ser uno mismo, el juez de su propia conducta, en definitiva, la coherencia personal. Porque si hasta aquí no he logrado nada, será cuestión de muchos años que los que aparecen como nobles o líderes de la sociedad, valoren a los que le planchan la ropa con la que salen tan guapos en la tele.


sábado, 17 de mayo de 2008

Amigo, porque eres...

Amigo, porque eres:

Lazo que une pero no ata.
Estrella que guía pero no encandila.
Árbol que acoge pero no encierra.
Torrente que sacia pero no ahoga.
Brisa que alienta pero no adormece.
Piedra que sostiene pero no aplasta.
Mirada que examina pero no juzga.
Silencio que recibe pero no abruma.
Cadena que sujeta pero no esclaviza.
Palabra que previene pero no aflige.
Crisol que templa pero no envilece.
Hermano que corrige pero no apena.
Manto que cubre pero no asfixia.
Lima que pule pero no hiere.
Música que armoniza pero no uniforma.
Mano que acompaña pero no fuerza.
Oasis que reconforta pero no detiene.
Corazón que ama pero no reclama.
Ternura que protege pero no avasalla.
Imagen de Dios, precisamente.

-De Elixires para el alma-

viernes, 16 de mayo de 2008

Artistas anónimos



Camino con soltura por las calles de mi ciudad, haciendo agenda mental sobre los asuntos del día. De momento y arrasante, me topo con un gran muro pintado hasta el borde de cada una de sus cuatro esquinas. Grafiti le llaman algunos, vandalismo otros, arte los que sin ser expertos, podemos reconocer una manifestación así, aún sin distinguir si fue hecho con pintura en aerosol o aerógrafo. Pero ahí estaba ese perfecto rostro de mujer, equilibrando las proporciones en tan inmensa pared. Firmado con algún garabato que para nosotros sigue siendo como anónimo, pero que entre grupos de grafiteros, es la marca territorial, el distintivo que los reconoce entre unos y otros.


Entonces abro un espacio forzado en mi calendario y decido por una hora de este día, regalarme la oportunidad de volverme turista, pero no para admirar la arquitectura de los edificios históricos, sino para ir en busca de esas muestras artísticas que se nos hacen cotidianas y por lo mismo dejamos de notarlas.


Ya tuve mi primer encuentro con ese muro lleno de color y con el rostro de mujer tan expresivo. Ahora solo debo dejarme guiar y caminar hasta donde el sonido de una armónica me atrae. Sí, aquí está ese hombre sin vista que sostiene con una mano el sombrero que recibe las monedas que la gente deja por caridad y no por admiración. En la otra mano y pegada a los labios, tiene esa vieja y ensalivada armónica que hace sonar y no sé cómo ni por dónde puede conseguir que se escuche una melodía con forma. Notas que viajan por el aire y entran en depende qué oídos que sepan escucharlas.

Más adelante y atraída por los colores en la ropa de los indígenas purépechas, me acerco a ellos y observo las morenas manos del hombre de esa familia de cuatro. Teje con rapidez una preciosa cesta y usa como taller artesanal la misma calle, una manta de donde toma las ramas que entrelaza hábilmente para hacer canastas de diversas formas. A su lado, tendido en la dureza del piso, su pequeño hijo de meses de edad, que duerme aún sin saber lo que es una injusticia. Pegadas a ellos, una niña que ayuda a su madre y que hereda la habilidad manual del padre cortando pencas de nopal crudo en tiras o cuadros, para que llenando bolsas plásticas, puedan venderse a precios que nunca desquitan haberse espinado algo las manos.


Me dí permiso de una hora y se me acaba el tiempo, así que atravieso la plaza solo para saber si encuentro a los diseñadores de joyas. Pero no aquellos famosos y millonarios por vender su nombre y firma en locales con aparadores luminosos, sino a estos que con trozos de hilaza, herramientas casi rústicas y piedras semi preciosas, diseñan, elaboran y venden collares, pulseras, aretes en combinaciones de cuarzo, jade, piel y plata. No saben de modas ni tendencias, pero son más hermosos y originales que en las grandes tiendas.

Y así, se me acaba el tiempo. Descubrí hoy a algunos anónimos artistas, regalando talento o siendo remunerados con poca justicia. No son pintores, músicos ni diseñadores reconocidos y su firma no vale a menos que se estampe en un pagaré, pero usan su alma y manos para aportar algo a esta sociedad que no los nota, mientras ellos aún tienen fe y bajo sustento.

Tere García Ahued.

jueves, 15 de mayo de 2008

Cuando...


Cuando advierta que para producir necesita obtener autorización de quienes no producen nada;
cuando compruebe que el dinero fluye hacia quienes trafican no bienes, sino favores;
cuando perciba que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por el trabajo,
y que las leyes no lo protegen contra ellos sino, por el contrario, son ellos los que están protegidos contra usted;
cuando repare que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un autosacrificio,
entonces podrá afirmar, sin temor a equivocarse, que su sociedad está condenada.

Ayn Rand, La Rebelión de Atlas, 1957

miércoles, 14 de mayo de 2008

De Don Quijote a la actualidad






De don Quijote, al 2003...
Ninfa Duarte


... “En esto, descubrieron 30 a 40 molinos de viento que hay en aquel campo, y así don Quijote los vio.
Dijo a su escudero:
-La ventura va guiando nuestras cosas mejor de lo que acertáramos a desear; porque ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren 30 o pocos más desaforados gigantes, con quienes pienso hacer batalla y quitarles a todos la vida.....

- Mire vuestra merced, respondió Sancho, que aquellos que allí véis no son gigantes sino molinos de viento...

- Bien parecen respondió don Quijote... ellos son gigantes, y si tienes miedo, quítate de ahí y ponte en oración, que yo voy a entrar con ellos en fiera lucha...

... En diciendo esto, y encomendándose de todo corazón a su señora Dulcinea, pidiéndole que en tal trance lo socorriese... con su lanza en el ristre se lanzó contra los molinos...

-¡Válgame Dios! Dijo Sancho al verlo caído. ¿No le dije yo que no eran caballeros?

- Calla, amigo Sancho! Que las cosas de la guerra están sujetas a continua mudanza”........... y sigue……"


Valga la aventura del Quijote para entrar en ciertas elucubraciones que me llegaron desde un lugar de la Mancha... Y que pasando unos cuantos siglos, no han perdido vigencia.

Pongámonos así: 30 ó 40 molinos (desaforados gigantes) son los tropiezos que el hombre enfrenta a diario en su cotidiano deambular, son los obstáculos en el camino, son fraudes del destino, son desaciertos causados por nuestra impericia, son antivalores que nos ciegan, son nuestros molinos interiores que llevan aguas a su propio caudal.

Allí están parados frente y dentro de nosotros mismos: la envidia, los celos, el egoísmo, la soberbia, la vanidad, la avaricia, el desamor, cual desaforados gigantes y los Quijotes modernos, todavía creemos que enfrentándoles con la espada de nuestra sencilla palabra los vamos a vencer.

Esos gigantes están dentro de nosotros, agazapados, disfrazados dispuestos a mantenerse firmes y allí no hay espada que pueda vencerlos, sino nuestra propia y personal decisión de “matarlos”.

Nunca son pocos los Sanchos que nos quieren hacer ver que a las dificultades debemos corregirlas nosotros mismos, o debemos desviarlas cuando no poseemos las armas para enfrentarlas o cuando los molinos no son del material frágil o maleable que pensábamos. Pero, nunca los consejos de los Sanchos fueron escuchados, ni antes, ni ahora. Y siguen los Quijotes enfrentándose a los molinos de viento...

- ¿No le dije yo que no eran caballeros?-dijo Sancho-

Y los Sanchos seguimos pensando que con poemas podemos cambiar el mundo.



Fuente: "Hidalgo caballero, don Quijote de la Mancha
Miguel de Cervantes Zaavedra

sábado, 10 de mayo de 2008

Levedad

Levedad...
Reflexión
Ninfa Duarte

La vida, que en su andar cotidiano nos va arrastrando;
tiene montes, rutas, vados, riscos, valles, mares y desiertos;
lleva a cuesta suaves brisas, mansas lluvias, vientos fríos,
va trazando rumbo de la inconstancia, la levedad,
va marcando el ritmo de nuestro suceder, nuestro andar…
Atavismo del caprichoso destino que viaja en la grupa,
heredad de modales y maneras con raíces de tiempo;
marca la levedad de mil aconteceres y distancias.
Lo versátil se proyecta muchas veces, hasta en silencio
convirtiendo nuestras vidas en reflejos de mil colores;
inestables emociones, dudas, flaquezas, caprichos…
La inconstancia no es atributo deseable, es liviandad,
mas, los vados y los riscos de nuestros caminos,
son escollos y escombros que se interponen al empeño.
Persevera hermano! es el grito que ahuyenta lo voluble,
y firmeza de carácter, un látigo a la levedad, a la inconstancia…

viernes, 9 de mayo de 2008

Estoy otra vez enamorada



Estoy otra vez enamorada

¿De quien?
De todo el que tenga un corazón hermoso.
Del que entienda que la libertad no se pierde
cuando se asumen compromisos.
Del que pueda repartir alegría sin quedarse triste.
Del que comprenda que la perfección no existe aunque todo sea perfectible.
Que todos somos iguales.
Que nadie marca el tiempo.
Del que conozca que la paz está dentro de nosotros mismos.
Del que sea capaz de mirarme a los ojos sin bajar su mirada.
Del que escuche en el silencio la voz de mi corazón.
Del que siempre tenga un propósito y un objetivo en
la vida
Del que comparta lo que tenga con el necesitado.
Del que le guste bailar al son de los latidos del corazón.
Del que sea capaz de sonreir a la vida desde el amanecer hasta que caigan las sombras de la noche y aún dormido se dibuje una sonrisa en su rostro.
Del que ame la naturaleza, y sea capaz de cuidarla y
encontrar en cada trino, en cada flor la bondad del corazón.
Del que sepa tolerar al amigo.
Del que sea capaz de bajar las estrellas con su mente
y colocarlas en mis manos con sus propias manos.
Del que reparta abrazos, apretones de mano y sonrisas.
Del que tenga tanta fé que vea en mi la grandeza del
Creador y me valore por lo que soy.
Porque sé que muchos llenan esos requisitos, por eso estoy otra vez enamorada de ellos ,los que permiten
que todo gire mejor en esta tierra que nos cobija ,bajo este sol que nos alumbra.

Nelly Guerrero



jueves, 8 de mayo de 2008

Al lado de la vida



Tempranito, desde la mañana, cuando hemos salido a la calle y hemos visto la prensa con sus grandes titulares en los kioscos o en las manos de los que pasaban a nuestro lado, la vida parece haberse teñido de duelo. De un duelo que a todos nos impresiona pero que, a fuerza de repetirse, parece que a nadie le importa. Son cosas que no se entienden, que no entran en los límites de lo razonable. Dos madres que matan a sus niños pequeños. Una que asfixia a su hijo pequeño de cinco meses mientras dormía, y otra que lo tira por un risco con apenas cuatro meses, aunque en este casó aún, al menos, no ha muerto. Depresiones post parto, enfermedades apuntan a las causas que están por detrás.

No puede uno menos que hacer una mirada dolorosa a la realidad. Y una mirada reflexiva que nos recuerda que alguien olvidó esas enfermedades de las susodichas mamás. La niebla del caso nos impide ver con claridad. No hay explicaciones. ¿Podría haber previsiones? ¿Las podría haber calculado alguien? Todos los días asistimos en esta sociedad a espectáculos similares donde los protagonistas, que somos nosotros mismos, la propia sociedad, parece padecer de locura, como si fuéramos un árbol que, no siendo otoño, se va desprendiendo de sus hojas. Se siguen rompiendo espejos, se siguen quemando tejados, nos vestimos de negro, y siempre los que no tienen culpa son los que pagan. Esta vez niños de pocos meses. Todavía no habían aprendido a decir mamá.

En cualquier parte del mundo, por otros motivos y con otras edades, hoy siguen calcinándose personas, cuerpos de gente, condenando a otros con la pena de muerte y disponiendo de la vida de los demás. No importan sus nombres ni su procedencia. Son seres humanos. ¿Debemos seguir espantándonos? ¿O hemos puesto un límite al espanto?. En medio del horror de las cosas que no llegamos a entender solo se me ocurre una pequeña reflexión, unas pocas palabras: que la mayoría no seamos indiferentes, y que no aprendamos a mirar para el otro lado del sufrimiento sin intentar buscar soluciones al mismo. Eso también es estar del lado de la vida. Que a todos nos importe, o a la gran mayoría, al menos.

miércoles, 7 de mayo de 2008

La palabra

Las palabras son el reflejo del alma,
nos perpetuamos con lo que decimos;
con ellas, damos sentido a nuestro mundo,
será bueno o malo, según lo describamos.
En nuestras palabras está nuestro destino,
nos vamos haciendo mientras vivimos,
“Verso a verso”, como dijo Machado.


El cielo y la tierra se encuentran en la palabra,
con voz de ángel o rugido de bestias,
dan indulgencias o condenan al destierro.
Cuidemos la palabra y estemos a su servicio
Usándolas... no utilicemos para hacer el mal.
Muchas veces sin que lo notemos
se convierte en pala que cava nuestra propia fosa;
o en puros versos damos la estocada final;
quedándonos un sabor amargo… porque
somos víctimas de nuestro propio veneno…


Hablemos bien de las rosas y olvidemos las espinas,
recitemos versos de amor y callemos amarguras.
La palabra nos juzga y también nos condena,
Si tienes el don de la palabra:
“Haz buen uso de ellas”
Podemos salvar al amigo y lavar las heridas
podemos cantar aleluyas o rezar letanías,
que las oraciones también son palabras
que nos llevan delante de Dios…
NINFA DUARTE

martes, 6 de mayo de 2008

De recuerdos



DE RECUERDOS.

Nuestra vida es un cofre
y en el vamos guardando,
uno a uno recuerdos de
de lo que hemos vivido.


La primera mirada,
lo suave de las manos que nos acariciaron,
la canción de cuna
que rimó a nuestro oído.


Los juguetes, los cuentos
el primer cumpleaños,
el calor del hogar
la autoridad del padre.


El aula, los amigos
la campana que ansiosa nos llamaba al receso
La fé, la esperanza, también la caridad.


Luego esos recuerdos tomaron
mayor fuerza.
Allí estaba el pasillo de la Universidad,
los libros, los amigos, los paseos y las fiestas.


Y junto al libro abierto
los ojos que miraban, robando sin aviso
la paz del corazón.
Una promesa eterna
uniría nuestras vidas, selladas para siempre
con el mas bello amor.


Vienen luego los hijos y se llena hasta el borde
porque llegan los nietos y con sus travesuras
lo hacen rebosar.


Pero hay recuerdos tristes que pesan mucho más,
y recuerdos amargos difícil de olvidar.
El cofre de la vida ya lleno por completo,
en un rincón solito se sienta a descansar.


Si en un momento dado los recuerdos nos llegan
hay que aceptar que forman
el diario trajinar.
Tal vez buenos o malos
pero al fin son recuerdos
y los recuerdos nunca se pueden olvidar.
El cofre de la vida
se llena de recuerdos...

Nelly Guerrero

lunes, 5 de mayo de 2008

Color de las notas en los diarios



Planas de papel reciclado, tinta negra enlazando palabras en renglones, fotografías y publicidad a color. Noticias locales, nacionales, internacionales, deportivas y de espectáculos. Nota roja, muy pocas culturales y extensas columnas de anuncios clasificados. Mundo tridimensional que se vuelve plano impreso en los diarios matutinos y vespertinos, mostrando en un mismo espacio esa mezcla por momentos absurda de columnas para distintos intereses.


Conviven entre páginas la crema de brócoli y los cincuenta y ocho años de Topo Gigio. La prevención de suicidios en adolescentes por la Secretaría de Salud y el fatal accidente en el que pierden la vida dos jóvenes. La apertura de la Villa Olímpica de Qingdao, para la tan cercana celebración de Beijing 2008. Ventas de casas, autos, terrenos y mascotas. Obras de asistencia social de clubes internacionales. La boda del personaje del pueblo y la publicitada actividad de los gobiernos en sus tres niveles. Horóscopos a la izquierda, oraciones fervientes de agradecimiento al santo milagroso a la derecha.


Todo se confunde. ¿ Cómo pasar de una página a otra encontrando tan pocas notas positivas o culturales ?. Sin embargo tenemos sed de información, tal vez costumbre o esas ganas de que nuestras lecturas gráficas equilibren el porcentaje con las cibernéticas. Siempre es más grato comenzar el día con el diario sobre la mesa, completando el cuadro con un plato de fruta, café o zumo y una tostada de pan. Habrá que valorar la capacidad de leer todo sin salir predispuesto y con el desayuno indigesto.


En algo lleva razón Don Nicolás. Aquel hombre con el que converso algunas veces mientras dirige dos veces al año los trabajos de cosecha del campo detrás de casa. El esfuerzo visual a corta distancia no es su justificación para no leer los diarios, sino las vanas lecturas que obtiene con ello. Me dice lo serena que es su vida cuando no intenta comprender más allá de lo que necesita.


Entender los debates políticos sobre ciertos temas, el por qué se suicida la gente, roba, asesina, abusa o se accidenta, es algo que excede su espacio vital, por esto mismo si desconoce algo, lo pregunta, pero no deja que notas rojas, negras o grises, le quiten tiempo a su vista de lejos, hacia esos nobles campos verdes que renacen tras brindarse en cada cosecha.


Ahora tendría que poner una obligada moraleja como conclusión, pero para estos asuntos solo es cuestión de enfoques.

Tere García Ahued.

domingo, 4 de mayo de 2008

Sin pena ni gloria



Déjame hilvanar de nuevo esta puntada, se han salido los hilos de la aguja que tejía nuestra historia. Quiero pegar los trozos de mi corazón roto y esperanzado que ha perdido la inocencia para comenzar a ver el mundo real. El polvo se deposita como una fina capa sobre la mesa que hace poco brillaba mostrando las más preciosas betas de cedro rojizo y nos esperaba cada noche para encontrarnos y contarnos nuestras cosas con la calidez de la flama de una vela aromática.
Ya no hay dos platos juntos, solo uno a destiempo, cada uno a su hora. Ya no se cruzan las miradas ni las copas. Las flores se marchitan sin pena ni gloria, nadie les repone el agua ni se inmortalizan entre las hojas de un grueso libro de gramática española.

Los sentidos se vuelven insensibles e inservibles, ya no les provoca llenar de motivos al cuerpo si las sensaciones no se pueden compartir con otra persona.

De nuevo hay arrugas frente al espejo y mirada vacía. De nuevo se respira y no se suspira. Ya no sorprenden los sabores nuevos. Ya no conmueven los sonidos de la naturaleza ni soñar con luminosas mañanas, con mágicas noches de luna llena frente al mar o la montaña.

Las luces de la ciudad pierden intensidad y color, el mirador desde la cumbre no puede ofrecer las mismas cosas.

La boca se seca, los labios se agrietan notando el tiempo de sequía, de desiertos días, de abandonada y sedienta tierra.

Protesta mi universo sin tí, pero algo me volverá la tempestad en calma, la decepción en imborrables recuerdos, el caos en energía que transformará lo que toque, lo que mire, lo que se deje amar, habrá un orden universal me pondrá de nuevo girando, de nuevo en órbita.

Tere García Ahued.