jueves, 30 de agosto de 2007

El destino que trajo el mar



El destino que trajo el mar.

El sol en la costa ha dejado marcas oscuras en los brazos de Macarena. Ella mira el reloj y lo nota. Ha perdido la cuenta de las horas que sus pies han estado removiendo la arena en la playa. El estaba en su mente mucho antes que el sol se ocultara en el mar, y de momento hace consciente que los reflejos de la luna hacen más brillante la espuma azotando en las rocas.

El aire huele a ella y a sal sabe su piel. No teme seguir aferrada a la playa y disfruta del faro alumbrando el horizonte. Es este mar que le lleva y le trae, le aleja y le acerca cada motivo que alberga su alma. Disfruta su nostalgia, porque el amor le duele, pero también la rescata.

Confía en que aquellas historias de barcos mercantes y sirenas ocurren más allá del límite de sus ojos. Es por la noche estrellada, la luna llena y las olas mojando sus pies que se siente viva. Le envuelve la furia marina, pero ella conoce desde que era niña, cada protesta que hace; perdonando al final de cuentas su bravura, cuando puede apresurarse entre las olas a recoger los regalos que le trae el mar.

Toma aquel pedazo fracturado de roca e imagina la causa por la que en especial ha llegado hasta ella. Apretándola en su puño pide un deseo a la luna, esperando sea generosa. Se pregunta por qué esta piedra y no otra. Por qué hoy y no mañana. Por qué de noche y no al amanecer. Ella misma se aturde con preguntas sin respuesta, pero tampoco desea hallarlas y que puedan robarle la magia que en ese momento encierra su mano.

Se siente afortunada, escogida para apreciar de la naturaleza aquella valiosa roca que entre millones llegó hasta ella. Siente necesidad de llamarla de alguna forma. Repasa por entre una gama de sentimientos. Propone y se contesta, pero en sus labios la palabra " destino ", le parece la más adecuada.

El frío de la noche la hace volver, llevando en la mano su " propio destino ". Sabe que luchará por ello, que vivirá para ello, porque no hay otra forma de nombrarle a esa roca especial que las olas le colocaron tan próxima, y que si regresa a casa, es porque ya tiene lo que deseaba, lo que necesitaba.



martes, 28 de agosto de 2007

La libertad





LA LIBERTAD

"¿Qué es la libertad?, me preguntaste.
La libertad, la tan nombrada, la cantada despacio y a gritos, la de alas desplegadas y el espacio interminable por delante.

La libertad...

Y me quedé pensando (...)La libertad es una cama caliente cuando hace frío.
Y el pan desmigándose sobre el vestido limpio.
Es que llueva y nos mojemos si queremos mojarnos, pero si no queremos..., un buen techo, un buen suelo...Elegir..., pero no solamente en lo abstracto, en lo ideal.Elegir en la cosa cotidiana, eso pequeño y obvio que no tiene la dimensión mágica de la paloma, la rama de olivo y el laurel.

La libertad del niño que elige entre un zapato y una zapatilla, entre un caramelo y un chocolatín.La libertad de la mujer que elige entre un hospital que queda cerca y otro que queda lejos... y en los dos hay algodón, y alcohol, y sábanas lavadas, no solamente la buena voluntad del médico, no solamente el humanitarismo de quien juró salvar vidas.La libertad del hombre para usar las horas que le sobran después del trabajo..., en vez de buscar un nuevo trabajo, una nueva obligación..., porque si no, el salario no alcanza.

Cuando yo era pequeña , la palabra libertad me llegaba envuelta en la bandera, sacudida por altísimas notas de pífanos y redobles sonoros de tambores.

Era, más que una verdad, una estatua.

Entonces..., yo creía más en los mapas que en el mundo: países pintados de celeste, de verde, de amarillo, ríos azules y montañas pardas..., puntitos para separar las provincias y anchas líneas para separar los países...El mundo era un montón de casilleros, cada cual con sus hombres que no podían mezclarse ni juntarse con los otros.La libertad era cuidar su propio casillero.

Pero después conocí el mundo, y no encontré gruesas rayas ni puntos suspensivos trazados en la tierra, señalando los límites.
Pero después conocí hombres de distintos lugares, y no tenían señales que los diferenciaran... y todos querían lo mismo: bienestar para ellos y sus hijos.

Y querían vivir.

Vivir, eso tan simple, eso a lo que tenemos derecho..., y que a tantos se les termina por falta de remedios, o por falta de techo, o por falta de pan.

Por eso mi libertad ha echado sus palomas al viento, y ha puesto los laureles, los mirtos y las ramas de olivo en un sencillo florero de la casa.
Porque si está limitada por un chico que muere injustamente por falta de las cosas esenciales, si está limitada por un chico que vende flores a la noche o lustra zapatos, o extiende su mano pidiendo... mi libertad no sirve para nada.
Y la cedo a cambio de cualquier rigor que nos obligue a todos a mirar hacia los desposeídos, los desheredados, los dolientes.

La libertad de hacer crujir el pan, y de abrazarte, porque este abrazo entre un hijo y una madre, apretado y caliente, es el verdadero nombre de la libertad que debemos rescatar para el mundo."

Poldy Bird

El País de la Infancia


lunes, 27 de agosto de 2007

Como en casa




Antes de comenzar a escribir, me detengo a mirar la página de este blog. Resulta muy atractiva por sus brillantes colores y por su nombre en sí: " Compartiendo opiniones ". Y como si fuera la primera vez que lo aprecio, miro más abajo y me encuentro entre líneas que Alberto propone pensar en voz alta. Hablar del interior y del exterior de uno mismo y ofrece un espacio de libertad y respeto como foro accesible para que comentemos.

Entonces se abre la oportunidad ante mis ojos. Alternar con Alberto y Armando, representa un gran aprendizaje y la posibilidad de expresarme libremente.

Quiero aportar temas variados e impersonales, pero siempre termino haciendo una narrativa de mi entorno, de lo que me vá ocurriendo. Y descubro que es esto mismo lo que aquí se está pidiendo. Que nos expresemos bajo la visión de nuestra realidad, de lo que sucede en nuestro entorno.

Atardece en mi ventana, y aprovecho que los rayos dorados entran hasta mi escritorio. Hace unos momentos mi hijo cambió el mundo en su instante de crecimiento. Espontáneamente ha surcido el hoyo de uno de sus calcetines a su modo. Y entendí que mi pequeño de ocho años está levantando vuelo, soluciona problemas y se vuelve más independiente.

Por momentos sentí nostalgia de que cada día crece más, pero ha sido satisfactorio verlo moverse con independencia. Es una labor dejar crecer, dejar ser y dejar ir. Entonces uno comprende a sus padres, estos que hace tiempo ya comprendieron a los abuelos.

Y no sabemos cuáles habrán sido los mejores tiempos, si los de aquellos, los de ellos o los nuestros. El árbol genealógico es un poco menos frondoso, pero sí exitoso. Las familias ya no son numerosas, pero es que también los tiempos no son para menos.

Yo también estoy aprendiendo. Con la información que tenemos ahora, los padres somos más responsables del equilibrio físico, mental y espiritual de nuestros hijos. Conocemos muchos temas a los que ellos no tenían acceso.

Al final somos iguales a nuestros padres y abuelos, solo que hasta que lo vivimos los comprendemos. Los ciclos se repiten mientras el árbol familiar se prepara ramificando generaciones, las fotografías dejan los gruesos albumes y se archivan en el disco duro del ordenador.

Todo parece que evoluciona, pero en esencia ser padre siempre resultará el mismo reto, jamás caducará asumir con valentía tal responsabilidad.





martes, 14 de agosto de 2007

Nos vamos de vacaciones

También el blog se va de vacaciones unos días. Se ausenta su autor o autores. Al blog o bitácora no le queda otro mas remedio.

Sí, también es necesario, sobre todo hacer descansar a sus lectores. Lo que pasa es que no todos los hacemos al mismo tiempo. Mientras en España es tiempo de ello, en América Latina ya no es verano. Mientras unos nos vamos ahora, otros lo han hecho ya o lo harán mas tarde. Así es el mundo, todos casi iguales, pero todos diferentes. Porque iguales, iguales todavía nos queda un rato de camino para lograrlo. Eso sí, lo vamos a intentar. Y como el camino va a seguir siendo arduo y difícil, carguemos las baterías con unos días en la montaña o al lado del mar, lejos incluso de las conexiones cibernéticas.

Saludos, amigos y amigas que nos visitan, y hasta dentro de diez o quince días.


lunes, 13 de agosto de 2007

El feng sui





Leyendo la reflexión de este blog LIMPIEZA AL ARMARIO
un amigo hizo un comentario sobre el feng sui, le hemos invitado a que comparta con nosotros algo más sobre el tema para los que pudieran estar interesados y esto es lo que nos ha enviado que reproducimos con mucho gusto

EL feng sui
Que significa el feng sui? Es una antigua ciencia oriental que se gestó a partir del estudio de diferentes energíass terrestres tales como el magnetismo, la orografía , el clima, la influencia de los astros, etc. y como influyen en las personas a través de la construcciones en que habitan o trabajan. Asíi pues ,este conjunto de técnicas, tiene muy en cuenta los conceptos de espacio y tiempo con el fin de mejorar aspectos de nuestra vida como la salud, las relaciones laborales, el comercio etc.

Feng significa aire o viento y sui agua.

Feng es el aire que sube a la montaña hasta llegar a la cima, y Sui el agua que desciende de la montaña hasta llegar al valle. La unión de ambas, Feng Sui representa el empuje de las fuerzasde la naturaleza que moldea la tierra Su origen data de unos 7000 años atrás, cuando sabios y sacerdotes chinos se dedicaron a estudiar para descifrar las claves que controlan las leyes de la naturaleza para legarlas los habitantes de aquel país. ¿Cuáles son los fundamentos del feng sui?

En la cultura china siempre se ha asociado al viento suave y al agua en el movimiento a las buenas cosechas y a la salud, mientras que a los vientos fuertes y al agua estancada, a la sequía y las enfermedades.

Por lo tanto, un buen feng sui significa salud y prosperidad, y un mal feng sui mala fortuna y enfermedades.

El feng sui no es superstición o acto de brujería, sino que es el arte y ciencia de entender las fuerzas de la naturaleza, con el fin de diseñar casas o espacios que armonicen con el entorno y no que choquen con este. Nos ayuda a vivir en armonía con el mundo, promoviendo la energía positiva y neutraliza las fuerzas negativas.


Los fundamentos del feng sui se basan en los conceptos del Chi, el I Ching, el Ying Yang, los 5 elementos y los 8 triagramas.


El principio de Chi quizá sea el más importante, aunque tiene varias definiciones como energía, aliento del dragón, energía vital y muchas más, si bien es difícil definir. Se puede considerar como la energía que mueve al universo.

El Chi se condensa y se dispersa en ciclos alternos de energía positiva y negativa, se materializa en diferentes formas, no se puede crear o destruir, solo se transforma. (¿se acuerdan de las clases de Química? Es el principio de Lavossier).


El Chi está presente en todos lados, es la fuerza siempre presente que rodea al entorno.


El Feng Sui trata de capturar, manejar o conotrolar el Chi para que este sea positivo y benéfico.


El Iching o libro de las mutaciones comprende 64 hexagramas, y cada uno habla de una situación diferente, ante una pregunta que le plantee quien le consulte.


Los chinos consideran que agentes espirituales especiales son quienes logran dar respuestas precisas a lo que las personas desean saber. Solo las personas educadas en su lectura deben consultarlo.

El Ying Yang representa los cambios constantes en los patrones de la vida. El Ying es el elemento femenino, y el Yang es el masculino. Todo en la tierra es Ying Yang, son los opuestos que se complementan, así como hay día y noche, oscuro y claro, femenino y masculinp. Sin el uno podría existir el otro. Son dos fuerzas que se complementan y dan equilibrio y armonía al universo.

Los cinco elementos son las fases del CHI, y estos elementos son la madera, el fuego, el metal, la tierra y el agua. Representan estaciones, direcciones, planetas, partes del cuerpo, estados de ánimo, etc. Así los humanos tenemos un elemento que nos define. Estos elementos se utilizan para contrarrestar los efectos negativos de las estrellas o incrementar la cualidad positiva de las mismas.

Los ocho triagramas son los bloques fundamentales que conforman los 64 hexagramas del I Ching.

Todos estos conceptos combinados y su lectura por un experto en Feng sui harán que el interesado obtenga información importante para armonizar su vida, su casa o su trabajo. A grades rasgos esto es el Feng Sui


Juan Jesús Chong

sábado, 11 de agosto de 2007

¿Adictos a la red?



Leyendo la página de un diario local, del año 2003, me sorprendo al encontrar un artículo que trasladado a una edición de mañana mismo tal vez, parece tan vigente como hace cuatro años. Transcribiré textual los párrafos que me parecen destacados.

" Cada día más gente se deja llevar por los encantos cibernéticos ".

Cada día más gente sucumbe a las llamadas adicciones tecnológicas, con horas y horas pegados al teléfono móvil o navegando la internet, reveló una de las clínicas psiquiátricas más conocidas de Gran Bretaña.

" Ha habido un aumento de comportamientos adictivos ", entre ellos el enviar una excesiva cantidad de mensajes cortos de texto por computadoras, dijo una portavoz de Priority Clinic.

Este centro atiende a unos seis mil pacientes al año con patologías que van desde el juego hasta la drogadicción, pasando por trastornos alimentarios. Algunos pacientes pasan hasta siete horas al día enviando mensajes.

" Estamos en una situación en que muchos miran con desprecio a los alcohólicos y a los adictos a la cocaína, pero luego se pasan cinco horas charlando por la internet ", dijo.

( Fuente: El sol de Salamanca. Edición del lunes 6 de octubre de 2003. Página 7/C.)

Este texto resulta sorprendente. Con la velocidad de los avances tecnológicos, cuatro años de distancia entre la fecha de publicación del diario y la segunda mitad del año en curso, representan un lustro comparativamente.. Lo que quiere decir que hoy habrá un mayor porcentaje de personas adictas al ciberespacio.

En algunos foros he sido testigo de los debates sobre lo positivo y negativo del internet. Cuestión del cristal con que se mira. Si bien es cierto que facilita el trabajo de muchas personas, que los intercambios de información personal o pública son cada día mayores, que es accesible a cada vez un mayor número de personas, que se tiene un acceso infinito a información de cualquier ámbito, que facilita las tareas escolares, y una lista interminable de puntos a favor; tenemos por el contrario los abusos y elementos negativos que de la misma forma infinita pueden aparecer disponibles con tan solo un clic.

Y qué difícil resulta no incluírse en la lista de adictos a la red, justo ahora que hemos dejado las lecturas de libros, prensa impresa, tocacintas, envíos de cartas y telegramas, investigaciones en gruesos y polvosos tomos de coleccciones enciclopédicas. Es que hoy la televisión, la radio, las bibliotecas, librerías, tiendas de música, oficinas postales, inclusive hasta las conferencias telefónicas con auricular de teléfono y no con audífonos y micrófono se han perdido. Hoy cada día menos fotografías se revelan de las formas tradicionales.

Se compra y vende, se busca y se halla, desde productos, animales y cosas hasta ciberamores. Todo se mercadea. Información volando a velocidades incomprensibles para nuestro entendimiento, sobretodo el de las generaciones que adultas hemos aprendido a encender un ordenador, a dejar la máquina mecánica y a amar que podemos escribir cientos de veces corrigiendo un texto sin arruinar una hoja.

Hoy solo faltaría poder oler y tocar a nuestros familiares y amigos tras colocar la mano en la pantalla esperando una teletrasportación. Y encuentro que seremos muchos más adictos al internet en la medida que las grandes compañías abaraten los costos de los ordenadores, y los servidores brinden servicios de máximas velocidades a cuotas accesibles.

No dudemos que las siguientes enfermedades de moda tendrán que ver con reumatismos en la mano por el uso del ratón.Y creo que hasta ya tenemos permanentemente la fórma cóncava en nuestras manos. Pero haciendo conscientes que también hay mucho de negativo, nos queda hacer que las nuevas generaciones que han nacido con esto, sepan convertirlo en una herramienta. Justo para lo que fué creado y difundido.

Y nosotros, los que ya no podemos dejarlo, hagamos un esfuerzo por volver un poco a lo de antaño. Escribir alguna vez una carta y poner con placer un timbre postal. Que investiguemos en una enciclopedia esa palabra que al ponerla en un buscador de la red, nos aparece sin mérito. Que sintonicemos la radio girando un botón. Y que leer las noticias nos dejen los dedos manchados un poco de tinta, aunque ese periódico nos sirva para envolver un jarrón de cristal y ser sacado de una caja, algunos años después.
Tere García Ahued

viernes, 10 de agosto de 2007

Los niños, al cielo



Se que al cielo
se le pide un deseo
y todos quisieran
a el ir a dar
pero solo volviendo
a ser niño en la vida
se puede con el Padre
llegar a estar

Hay un jardín
a lo largo del cielo
rodeado de rosas
cual bella al pasar
y en su fondo se miran
jugando los niños
que en la tierra jamás
pudiesen estar

Es un tesoro
que Dios en los cielos
que nadie en la vidal
o puede tocar
pero vive en nosotros
la viva esperanza
pensando que un día
nos pueda llamar


(Miguel Angel Eduardo Villeda R.)
Aporte de Licy

jueves, 9 de agosto de 2007

Casa de los sueños




Una gran amiga mía, me ha permitido compartir para este blog, uno de sus tantos poemas. Los tiene encuadernados en lo que podría parecer un libro de archivo histórico. La pasta desgastada y manchada y sus hojas amarillentas de momento me hacen pensar que leemos poemas de un antiguo poeta.

Ella es sencilla y no posee registro de autor, solo ameniza tertulias familiares y los recita. Los tiene reunidos en este cuadernillo que tengo en mis manos y del que transcribo el que más me gusta. La ilustración es obra de su compañero de vida. Le llaman: Casa de los sueños.


Juntando líneas paralelas.


Intento en este respiro profundo, llenar mis pulmones con suficiente aire.
Tal vez pueda reconocer en ello tu aroma.
Corre el tiempo y todavía no te tengo.
Tan solo me quema el recuerdo de tus palabras escritas en bellas cartas.


Nunca, será tarde, y siempre tendría que ser desde ahora.
¿Cómo le digo al resto de mi cuerpo que todavía no se han llegado los tiempos?
La cordura obliga y ha aprendido a esperarte,
Pero el corazón desea verte cruzar el umbral de esa puerta.


Con la luz encendida desde el interior de nuestra casa de los sueños,
he de esperarte el tiempo que requieras.
Mira tú que todo está en su sitio como si antes hubieses estado aquí conmigo,
descubrirás que cada muro lleva de tu puño su diseño.


Esperaré en nuestro portal de gruesas columnas de cantera,
y no en la estación de tren como la Penélope de Serrat.
Tampoco sé si el Mediterráneo o el Atlántico embarquen para siempre tu destino,
pero puedo ser tu puerto seguro aún sin poseer el mar.


Poema de Esperanza de R.
Colaboración de Tere García Ahued

miércoles, 8 de agosto de 2007

Limpieza al armario



Tomamos la decisión de hacerlo un día en que tenemos tiempo y ánimo, y de momento nos vemos en medio de la limpieza del armario. No sabemos cómo es que se nos ha ocurrido, pero ya estamos en ello y debemos terminarlo.


La experiencia se convierte en una evocación de recuerdos. Refrescan la memoria aquellas chaquetas talla pequeña que ya no nos quedan y de las que no podemos desprendernos. Si hacemos con papel y lápiz en mano la cuenta de los años en que les hemos negado que salgan del perchero, sorprendidos pensaremos cuán rápido ha pasado el tiempo sin enterarnos.


Al vaciar el armario, encontramos memorias personales, y pueden ser tan grandiosas como las memorias de un ático, de un antiguo cofrecito de madera muy bien asegurado con candado o aquel diario secreto que celosamente guardamos.


Encontraremos aromas nuestros y de otros. Libros que siguen oliendo a nuevo y la mitad de las entradas al teatro o al cine en un papel por demás viejo. Estarán las guardadas y justificadas anotaciones en pequeñas hojitas o servilletas.


Mucho trabajo por resolver, demasiado que valorar si debe ser arrojado al cesto de basura o si puede permanecer como recuerdo otro tanto. Aparecerá cualquier motivo que nos recuerde a los amigos, a los vivos y a los muertos. Y en cada elemento que por turnos se queda en nuestras manos, surgen reflexiones. Por esto es que ordenar un armario requiere de tanto tiempo.


Buenos y malos tiempos, objetos que nos recuerdan a los amigos de ocasión o circunstancias temporales. Nadie es indispensable, pero todos somos insustituibles. Cada persona en nuestro camino nos deja una enseñanza. Durante un plácido vuelo, siempre hubo detrás un impulso al motor.


Y seguimos escarbando en el armario, y nos preguntamos si habremos dejado huella en otros. Si nos guardan en la memoria o si como aquellas abuelas de antaño, en camafeos sobre su pecho, atesoraban los cabellos de los que amaban. Pensaremos si alguien guarda también algo nuestro.


Voluntaria e involuntariamente somos una marca en la vida de otros, y repentinamente con tanto fuera del armario, nos pasan como cinta cinematográfica cada uno de los momentos que dichas cosas evocan.


Pero todo tiene un objetivo. Preservar lo que merezca seguir guardado como recuerdo. Deshacernos del polvo y de objetos innecesarios, pero sobretodo valorar y hacer balance de lo que nos sirve en el presente. Acumular hace más pesada la fluidez dentro del armario, no permite saber con claridad lo que tenemos y en verdad utilizamos.


Aplicando esto a nuestra vida, de la misma manera que con el armario, debemos liberar, limpiar y tirar todo aquello que nos hace difícil caminar con una carga pesada e inútil. Atesoremos los buenos momentos, aprendamos de los malos, pero no nos dejemos basura mental que se acumula hasta que se nos desborda sin darnos cuenta.


Tomarnos el tiempo y el cuidado para realizar una limpieza mental y espiritual, puede parecer caótica durante el proceso, pero liberadora al terminar. Dejemos solo nuestros talentos e intenciones presentes. Espacios libres para acumular proyectos, amigos, seres queridos y sueños, pero nada más.


Y aplaudiendo de pie la frase trillada que conocemos: " renovarse o morir ", me decido por fin a dar paso a los aromas nuevos. Y una vez hecha esta tarea será más fácil, digo yo, seguir con la limpieza de los armarios de la sociedad.
Tere García Ahued

martes, 7 de agosto de 2007

No es posible la reciprocidad





Desde el uno de Abril la Unión Europea está pidiendo visado prácticamente a todos los latinoamericanos, tanto que en Bolivia se llegaron a plantear la reciprocidad. Al menos con los EE UU lo han hecho, de manera que los norteamericanos que quieran visitar Bolivia han de seguir los trámites y exigencias del visado.

Sería lo justo establecer la vía de la reciprocidad para estos temas, como para otros. Lo que pasa es que siempre habrá un claro perdedor: los países más pobres. A ellos les interesa que el turismo aumente, no que disminuya. Una de las remesas más importantes que llegan a estos países es el dinero que envían sus nacionales que trabajan en terceros países. Y la otra cantidad importante viene del turismo. Por tanto, no han aplicado la reciprocidad. Perderían una vez más ellos mismos.

Imposible la reciprocidad. No hay igualdad de condiciones. No se puede aplicar la justicia, porque no hay igualdad entre los pueblos. No se puede aplicar la libertad de decisiones, porque siempre hay pueblos que ven sometidas sus decisiones a las de terceros. Ni siquiera tienen derecho a la venganza, que tampoco sería un buen sistema, porque sería un arma arrojadiza que tornaría contra ellos mismos.


Y, sin embargo, nos contaron desde pequeños que las Naciones Unidas nació para eso, para unir a las naciones unas con otras, y aplicar la fraternidad. Nos han contado tantas cosas que no son verdad, que muchos siguen pensando que lo mejor será seguir callados pues así se está más guapo. O hacer como aquel famoso papagayo que cuando se hizo el muerto y lo sacaron de la jaula comenzó a volar, pues precisamente por hablar mucho había permanecido durante mucho tiempo encerrado en una jaula. Tarde se vino a dar cuenta que tenía que liberarse de su charla y de su voz, porque fue su voz la que le redujo a la esclavitud. Cosas contradictorias veredes, Sancho.

lunes, 6 de agosto de 2007

Aprendiendo a vivir de los indígenas




Emociones que se manifiestan a través del folcklore de un pueblo. Raíces que vigentes y coloridas palpitan en los días soleados o nublados; de invierno o verano. Expresiones de arte popular que no requieren de la celebración de una fiesta para mostrar a todos el arraigo a las costumbres nacionales que todavía se puede observar en algunos pueblos de México; y siendo universales, en cualquier rincón del mundo que todavía se encuentre al resguardo de la globalización.

Basta sentarse en una banca de la plaza de un pequeño poblado, para que nos provea de substancioso material humano para ser observado. Es en estos sitios pintorescos donde los contrastes son claramente identificados al poder distinguir entre lugareños, nacionales o internacionales, a personajes que teniendo entre sí roles distintos en el mundo; son capaces de cruzarse rozando sus hombros en una conglomerada calle principal, donde de momento se vuelven todos iguales. Y donde no importa la raza, el color de la piel o la vestimenta ni lo que hagan.


Y entonces me pregunto dónde está la diferencia. Y sentada todavía como en análisis sociológico, observo lo que me rodea. Mujeres indígenas regalando su trabajo manual a compradores en su mayoría extranjeros, que por si no fuera poco el infravalor con el que han de vender sus mercancías, el cambio de moneda hace aún más irrisoria la compra.


Pero distraigo mi atención hacia dos encorvados viejecitos, que más que vender refrescos y golosinas, debían estar en un sitio donde pudieran ser atendidos. Y entonces he dado la razón a quienes amando a sus adultos mayores, principalmente en Europa, los llevan a residencias donde son cuidados y respetados. Cuestión cultural, visión de paises y gobiernos que atienden estas necesidades.

Sentí tristeza, el mundo no es igual para todos. Entonces no depende de inteligencia, talento, voluntad, creatividad. Que el mundo seguirá siendo injusto para quienes no alcanzan la oportunidad. Y reflexiono, si es esta la razón, si hay que estar en el momento y tiempo necesario para ver pasar las oportunidades frente a nuestros ojos y tomarlas o arrebatarlas.

Y sigo sin obtener respuesta, tendría que hacer un análisis comenzando conmigo misma. Pero continúo observando, hay demasiados estímulos sensoriales, como para desperdiciar la ocasión de entender ciertas cosas. Mirando a la izquierda están los portales, y debajo de ellos mujeres indígenas rodeadas de botes con flores naturales de donde toman las distintas variedades y tamaños para que mezcladas con follaje verde, adornen una canasta recién elaborada.

Me pregunto lo que piensan mientras trabajan. Intercambian entre ellas en su dialecto otomí, palabras. Creo que son felices, también puede ser que no conozcan más que lo que viven, y por eso es que no desean más de lo que tienen. La tierra y naturaleza es su principal proveedor de felicidad. Basta que broten de los campos las coloridas flores, los trigales dorados al sol, las mazorcas de maíz que proveen su alimento. Plantas de las que han aprendido por herencia milenaria a obtener materia prima para textiles que les visten el cuerpo. Solo se tienen a ellos mismos, a la naturaleza y a su Dios.

Con qué costos pagamos los otros, los que vivimos con estrés por el tráfico, por las filas en supermercados y bancos, por las cuentas por pagar, porque nos llenamos de remedios naturistas, de terapias relajantes y costosas en un spa. Porque cada día hay más divanes de psicólogos y menos oraciones en la paz silenciosa de una Iglesia.

Estamos pagando muy caras las vacaciones al Caribe, los campamentos de verano para deshacernos de los hijos. Pagamos un alto precio por sentirnos cada día más vacíos, más artificiales y menos naturales. Comenzamos a desentonar con la tierra aunque hagamos esfuerzos modernos por acercarnos a ella con feng shui, medicina alternativa y cuanto invento aparece anunciado cada día en los diarios y la televisión.


Por eso es importante sensibilizarnos ante la enseñanza de nuestros pueblos indígenas, basta mirarles la piel curtida por el sol. Y teniendo cubiertas sus necesidades básicas, son felices. Todo lo que les ocurre será siempre un extra. Bailan y cantan. Sus terapias anti-estrés son sus mismos trabajos artesanales. Gozan de ver a sus hijos comiendo un mango jugoso aunque se les manche la ropa, aunque no tengan las manos limpias.


Me levanto del banco y camino, cierro los ojos y concluyo después de todo esto que los pobres y marginados somos nosotros, los que nos hemos olvidado de saber vivir.
Tere García Ahued

sábado, 4 de agosto de 2007

Reseña personal sobre "Cuéntame como pasó"





Hace rato ví con mi hijo un capítulo más de "Cuéntame cómo pasó " de tv española. Era sobre la Navidad en el pueblo. Es este capítulo el que me identifica mucho con algunas cosas que yo viví.

Te diré en forma dispersa, comenzando con la matanza del cerdo y toda esa ceremonia alrededor de la elaboración de productos, embutidos, y cada cosa que preparan aprovechando cada centímetro del animal.

Epoca de Navidad, villancicos como fondo, recordando mucho a mis abuelos. Y la procesión en el pueblo, los rezos y las mujeres enlutadas. Los chismes a la orden del día. Dice mi madre que cuando fuimos la primer vez a España, la gente de la aldea, esperaba intrigada a mi padre que volvía casado con una " mexicana ".

Imaginaban a Pocahontas o a la Malinche, no lo sé; pero causó furor que mi madre no era una " india " como suponían.

Las casitas tan hermosas de piedra, con sus tejados, las ventanas con sus contras, con muros anchos y fríos.

Me gustó ver a Tony y a Inés defendiendo sus ideales aún ante sus padres, abuela y chismes de vecinos del pueblo.

La taberna, con esos hombres de codo y medio brazo sobre la barra, de boinas y abrigos, de olores a macho, a sudores a tabaco y puro.

Ver las garrafas de vino, con su dispensador especial o su corcho para sellar herméticamente. Los apagadores de luz, tal como lo recuerdo en casa de las tías. Cuando fuí de pequeña nunca dormí en la casa vieja de los abuelos, sino en el piso de la ciudad, pero visitar a las tías, con esas casas antiguas era la gloria.

Castañas al fuego, aguardiente, turrones.....mmmmm. Pan de centeno, trozos de chorizo, jamón serrano, rebanadas de queso, vino tinto y gaseosa !!

Estaba la familia reunida en torno a una mesa, con esos manteles blancos con ciertos deshilados y bordados que por ser la región que era supongo que era obra artesanal de mantelería de.....ay donde hacen las mantillas, que ahí yo estuve y ahora se me ha ido el nombre !!

Las distintas generaciones en torno a una cena navideña, brindando con sidra, como le gustaba a mi abuelo y que me dejaba beber en mi propia copa esa deliciosa sensación espumosa.

Raíces rurales......prosperidad urbana.........

Y como siempre al final de cada capítulo de cuéntame, lloré. Me apena que mi hijo no reciba, este sentimiento de parte de mis padres, que todo eso que mi abuelo me trasmitió, no pase con él. Que mi padre es muy bueno, pero que hay que sentarse bajo una higuera a comer higos a reventar mientras te cuentan de la tierra.

Que hay escuchar una gaita mientras detrás se cuenta una historia de amor, de renuncia, de miedo a lo desconocido. Que ser emigrante es una hazaña, que hace décadas representaba convertirse en héroe en cuanto el barco se alejaba del puerto.

Que casi como los valientes que vinieron con Colón, ellos venían con una mano delante y otra detrás, que temblarían de miedo por no saber si volvían a su terruño, que en la soledad debieron llorar tras meses de travesía de olores salitres y algas.

Que la espera torturaba sus mentes y podrían haber enloquecido, si no es porque antes alguien les dijo que detrás de los mares había esperanzas, que dejaría su familia de comer potajes de verzas y papas simplemente !!

Todo eso ya no lo puede decir mi padre, y aunque su mérito tiene por ser un exitoso comerciante con tan solo algunos años de escuela rural, sé que mi abuelo tenía otro garbo, otra personalidad.......

Por eso ver levantarse un edificio, un comercio, era cristalizar un sueño. Era triunfar, era pedir al viento que llevase su éxito cruzando de vuelta esos mares y dijese a todo el pueblo que el emigrante gallego era ya un señor empresario en Las Américas. Y todavía se les ocurre llamarles " indianos ".

Como si ya no fueran ni de aquí, ni de allá. Como si no bastara tener el corazón partido en dos tierras, y como si no doliera no poder volver, o que al volver sintieran que su nueva tierra es donde mejor se encuentran, traicionando la que los vió nacer.

¡ Qué sabemos los hijos y nietos de esos dolores guardados !, solo algunos nos logran externar sus sentimientos, y también solo algunos los lloramos a la primera provocación o recuerdo.

Tendríamos que tener una oportunidad los que los hemos perdido, de decirles todo esto. Porque es solo con la madurez que lo reconocemos, que de niños sabemos que nos gusta estar con los abuelos; que si los perdemos nos duele pero aún no lo entendemos.

Es cuando somos adultos que les lloramos con esa angustia de no saber si nos escuchan, que les estamos valorando, que los amamos y sí, con hermosos recuerdos, pero también con mucho dolor.

Tendrían que volver esas terceras y cuartas generaciones a besar las tierras cunas de su propia historia, poder oler en el viento de montaña, la adrenalina de viejos tiempos, la esperanza de los medios y la gloriosa prosperidad que hoy disfrazada de turismo rural, hace que pueblos y aldeas sean vistos como novedosos y que en cada casa adaptada como parador hotelero registrado en internet, lleva su historia marcada en las paredes de cantera, en los muros de roca, en la propia historia de la España de la guerra......



Tere García Ahued

viernes, 3 de agosto de 2007

Murallas


Sin consideración, sin piedad,
sin recatograndes y altas murallas en torno mío construyeron.
Y ahora estoy aquí y me desespero.
Otra cosa no pienso:
mi espíritu devora este destino;
porque afuera muchas cosas tenia yo que hacer.
Ah cuando los muros construían
cómo no estuve atento.
Pero nunca escuché ruido ni rumor de constructores.
Imperceptiblemente fuera del mundo me encerraron.

CONSTANTIN CAVAFIS
(Poemas canónicos 1895-1915)
-aporte de Caia-